Juguemos este juego weberiano.
En este artículo del diario Perfil, Sebreli dice lo siguiente:
«Más sofisticados que los populistas históricos, los neopopulistas promueven un autoritarismo suave o, como decía un opositor venezolano, “un totalitarismo light”, de acuerdo a los tiempos medianamente democráticos que vive el continente».
En «Los orígenes del totalitarismo», Hannah Arendt, la filósofa que prestó el nombre para el Instituto de pensamiento político de Carrió, asegura que el fenómeno del totalitarismo es «esencialmente diferente las formas de opresión política que conocemos: tiranía, dictadura, despotismo». El totalitarismo desarrolla instituciones políticas enteramente nuevas y destruye todas las tradiciones sociales, legales y políticas del país. Para no hacerla muy larga, voy con las características específicas del totalitarismo según Arendt (no encomillo porque las trato de resumir con mis palabras):
– La dominación totalitaria desafía todas las leyes positivas, incluso hasta el extremo de desafiar aquellas que él mismo ha establecido o de no preocuparse de abolirlas. Pero no opera sin la guía de la ley ni es arbitrario (yo acá discrepo en algo pero sería muy largo, para otro post) porque afirma que obedece estrictamente a aquellas leyes de la Naturaleza o de la Historia de las que supuestamente proceden todas las leyes positivas;
– El poder no está concentrado en un sólo hombre, todo lo contrario: está dispuesto a sacrificar los intereses inmediatos de cualquiera en pos de la ejecución de la ley de la Historia o la Naturaleza;
– Afirma transformar a la especie humana en la portadora activa e infalible de una Ley: o sea, aplica esa Ley a los hombres sin preocuparse del comportamiento de los mismos. En todo caso, es la Ley la que produce a la Humanidad como producto final (la Ley, me animo a decir, en un sentido teleológico: en el caso del nazismo, es la ley de la Naturaleza, donde subyace la idea del darwinismo social del hombre como producto de una evolución natural que no se detiene necesariamente en la especie actual de seres humanos. La Ley, en este sentido teleológico, no es fuente estabilizadora de autoridad, sino movimiento constante hacia ese Fin, ese Télos);
– El lugar de las leyes positivas queda ocupado por el terror total, que hace realidad aquella Ley. El terror, aunque también lo es, es algo más que un medio para suprimir la oposición: se vuelve independiente de la oposición, domina de forma suprema y es la esencia de la dominación totalitaria. Es la realización de la Ley, lo que saca del camino los obstáculos (la acción espontánea) que imposibilitan el establecimiento de esa Ley. El terror estabiliza a los hombres para liberar las fuerza de la Naturaleza o la Historia. Y los obstáculos, es decir los culpables, son quienes se alzan en el camino de ese proceso natural: «la raza inferior», «las clases moribundas». El terror ejecuta en el acto las sentencias de muerte que se supone ha pronunciado la Ley sin aguardar el proceso más lento y menos eficiente de la Naturaleza o de la Historia mismas. (Eso es un campo de concentración: la eliminación de «los obstáculos» hacia el establecimiento en la realidad de esa Ley).
Hay otras características. No quise meterme con la cuestión de la ideología en sentido totalitario porque iba a ser muy largo, y muchos íbamos a saltar a discutir si toda ideología lleva intrínsecamente el germen del totalitarismo o no.
Lo que propongo ahora es un juego weberiano. Tenemos el -un, perdón- «modelo» de totalitarismo. Ahora hay que hacerlo encajar. El juego, quizás, es tramposo: el texto está escrito sobre la base empírica del nazismo y el estalinismo. Ahora que alguien trate de hacerlo encajar en Chávez, en Perón, en Kirchner o en Cristina.
Segunda consigna del juego: que alguien me explique de qué manera cualquiera de esas características puede ser «light». ¿»Totalitarismo light» es terror sin azúcar?, ¿las leyes de la Naturaleza bajas en calorías? La moraleja del juego es bajar un cambio con los conceptos que se usan y, si se desconocen, dejar de usarlos. Yo no creo que Sebreli desconozca, en tanto que más ensayista que sociólogo «de campo», la definición arendtiana de totalitarismo. Y entonces la cosa no es tan inocente como parece.
(PD: por ahí el post es malo. Pero reconózcanme la media hora de Photoshop, que no entiendo del todo, para hacer la foto)
¡Al fin alguien se toma el trabajo! Hay que decir, que gritar si es necesario, que no es lo mismo: autoritario, «poco republicano», antidemocrático, fascista o totalitario.
Lo que sorprende es que se ha acusado al gobierno nacional de obstruir la independencia del poder judicial, desde espacios que ni media palabra dicen de lo sucedido al juez Gallardo, a quien se le presentaron 300 (trescientas) recusaciones en un día, para bloquear su acceso a los expedientes y sacarle la jurisdicción.
Ahora, cuando hablamos de Ley bajo el Totalitarismo (yo soy de historia, por eso pregunto), ¿es la Ley o es un sujeto o conjunto de sujetos e instituciones portadores de una voluntad que se convierte en Ley?
Sí, quedó medio confuso. Esta es mi interpretación: cuando escribo Ley, así con mayúscula, lo que refiero de Arendt es la Ley en sentido teleológico, tomo télos, o sea: un Fin. El punto de llegada de la Humanidad al que hay que sacarle los obstáculos. Para ser más claro, te doy un ejemplo de lo que entiendo yo: la Ley según el nazismo. Para el nazismo esa Ley es la ley de la Naturaleza en el sentido más darwinista (salvando a Darwin de esta aberración). Esto es: el fin último de la Humanidad es la superviviencia de la raza perfecta, la raza aria. El nazismo es, entonces, la aceleración de ese proceso al que, de todos modos, estaríamos sujetos. La raza aria, según el nazismo, triunfaría de todos modos, quizás más lentamente. En palabras de Arendt:
«La política totalitaria no reemplaza un grupo de leyes por otro, no establece una nueva forma de legalidad. Puede imponerse sin el consensus iuris, porque promete liberar a la realización de la Ley (en sentido teleológico) de toda acción y voluntad humana».
O sea, no es la ley en el sentido de norma positiva como entendemos nosotros, pero tampoco es el conjunto de sujetos e instituciones portadores de voluntad. Es, esto es pura interpretación mía, casi un fundamento metafísico. Esto es: si Marx plantea que la lucha de clases genera necesariamente la destrucción de una clase por otra y de las clases como tales, ahí está el germen del totalitarismo en la medida en que cualquiera que tome esa ideología y la lleve al extremo puede plantear la eliminación por el terror de las clases que se presentan como «innecesarias» (esto es absolutamente discutible). Está más claro en el capítulo XIII de «Los orígenes del totalitarismo» (yo me confundí en el post el nombre del libro, ahora lo cambio).
Saludos, no sé si quedó más claro.
El totalitarismo es un concepto territorial, por los tanto caduco. El totalitarismo tiene un imperium, ya que se basa en la ley, como dice Arendt. Con la globalización el probelma de las políticas o regímenes territoriales es que son penetrados por varios flancos, lo que deja al totalitarismo como una mirada de comedia ante el concierto del mundo exterior.
Por lo que el totalitarismo de hoy es de consumo local, nunca imperialista, y sobre todo plantea una frontera (filtro) de lo que viene por las TIC.
Caso google en China. Lo que da un régimen totalitario a medias, creo que de eso deviene el ligth.
Lo que decís está bien. Si hablamos de eso que se describe no estamos hablando de totalitarismo, mas bién estamos hablando de régimenes autocráticos, o mejor regímenes centralistas, que se oponen al sentido fuerte de la democracia, entendida esta última como el ejercicio de la política como un sistemas de interrelaciones humanas.
Algo que se le escapó, hay una relación entre la palabra totalitario y Cecescu( ¿se escribe así?) que van conformando una ideas, por parte de sus portadores, de totalitarismo, régimen comunista, tribunal popular, muerte. Un coctel diabólico propio de un discurso autocrático también.
Entonces cuando aparecen acusaciones de totalitarismos, en general se hacen a partir de una concepción autocrática de la política. En setos casos como bien advierte Ud. hay que descofiar de los denucniados tanto como de los denunciantes, de los medios portadores y de las agendas mediáticas.
Y ya me jui al carajo.
El post supera ampliamente al fotoshop.
Che Ezequiel, ya muchos discutimos en la entrada de Ana C. sobre el tema.
Ahora, ese artículo de Sebreli parece escrito en cadal, si hasta ha citado a un opositor venezolano. Chau, ahí se acabó la lectura.
Sebreli y AGuinis, un solo corazón
La idea del post, igual, no es discutir a Sebreli. No podría, no me dan ganas de hablar de ese tipo. Lo puse como muestra: pero, por ejemplo, la figurita de TN que dice Totalitario Néstor circuló en los pasillos de la facultad, y eso sí que es grave de verdad.
Saludos!
Me parece que lo que más debe preocupar al posteador no es la (altísima) calidad del post, sino que terminemos debatiendo qué es la ideología totalitaria, pese a que intentó por todos los medios eludir el problema de la ideología como germen, o bien como producto.
Por lo demás, mi intervención no tiene nada que ver con Sebreli: es el concepto lo que me interesa. El juego, no tanto, en la medida en que cualquier intento, incluso lúdico, choca con diferencias insalvables.
En un post de Junio Alejandro Z (La Rez Publica) proponía el tema del facsismo y el totalitarismo. A este último la caracterizaba así:
«No soy politólogo ni historiador, pero un análisis simple de regímenes totalitarios permite encontrar estas características en común:
-Se presenta como un movimiento revolucionario. Los totalitarismos siempre se presentan como un quiebre con el pasado.
-Toman el control total de la vida de sus ciudadanos. -El totalitarismo permea la educación, los medios de comunicación, y en muchos casos hasta la religión: a diferencia del caudillo conservador clásico ungido por la iglesia oficial, los líderes totalitarios pretenden reemplazar a la religión tradicional.
-Los líderes totalitarios pueden ser electos democráticamente, pero rápidamente destruyen el sistema que los precedió. Concentran el poder en su persona, no dependen de estructuras como partidos, parlamento, etc.
-Los partidos de gobierno en regímenes totalitarios tienden a unificarse con el estado. No siempre la fusión tiene que ser total, pero se avanza en ese sentido.
-La oposición política es sistemáticamente aniquilada y/o neutralizada.
-En general, se capitaliza el odio hacia cierto grupo minoritario (racial, político, religioso, sexual) para construir mayoría heterogéneas. Las probabilidades de genocidio (estatal o privado) hacia el grupo en cuestión son altas.
-No es necesaria la destrucción total de los grupos de poder pre-régimen. En general, se acoplan al nuevo régimen tras aceptar jugar tras nuevas reglas que los convierten en socios minoritarios.»
Mi comentario era el siguiente:
«El termino totalitarismo que preferís sobre el de Fascismo entiendo tiene menos caracter explicativo como concepto (dentro de una teoría) para explicar un proceso dado.
Como bien señala un comentarista, el término totalitarismo se refiere más bien a una mecánica del poder que es solo uno de los componentes de un proceso (de allí que se puedan aunar la Italiade Mussolini, la Alemania Nazi y el Estalinismo).
Pero la debilidad del término radica en tres puntos fundamentales:
1*: No ubica la aparición de esta técnica institucional de poder en un contexto que lo justifique. Hitler y Mussolini son lideres excluyentes (lo mismo Stalin) pero no pueden por sí mismos generar las condiciones de su aparición con entera voluntad.
2*: Estas caracteristicas que vos enumeras, muy apropiadas (a la cual le agregaría partido y encuadramiento de las masas), presentan una visión sumamente estática, una foto, del proceso, con la cual es dificil explicar la dinamica del mismo y
3*: La caida. Si uno repasa las caracteristicas enumeradas, pronto se da cuenta que es imposible encontrar en semejante hermetismo las grietas por las cuales esos regímenes cayeron.
Una cosa más y no menor: La tendencia de utilizar el concepto de totalitarismo esconde un factor fundamental si intentamos hacer una caracterización seria. Me refiero a la base económico social que le da sustento.(…)
El fascismo explica mejor a la Italia de Mussolini y se podría proponer el concepto de “fascismo radical” para la Alemania Nazi. Justifico el caracter “radical” en la cuestión racial más fuertemente presente en Alemania y tambien, si bien los dos tenian aspiraciones imperialistas, Mussolini aspiraba en el mejor de los casos a reeditar el Imperio Romano y Hitler avanzaba hacia una conquista mundial de pureza racial.
¿El Kirchnerismo como totalitarismo o fascismo?
Sencillamente una locura.»
Se hizo largo pero espero que aporte a la discución.
Saludos domingueros!
¿Y si en lugar de totalitario hablamos de un señor con una vocación democrática muy débil?
Ana C.: Es una alegría ver que tus críticas sobre la vocación democrática débil son para el gobierno anterior y considerás que los problemas ya se han subsanado. El señor no está más, ahora hay una señora.
Pero la cita de Sebrelli que motiva este post es razonablemente claro: habla de un autoritarismo suave. Después, en un tono más bien de divertimento, se refiere a algo con poca pretensión científica que sería (entrecomillado y todo, y con acento dietético) el «autoritarismo light». Así que el verdadero juego weberiano sería el de preguntarse si Nestor/Cristina califican para «autoritarismo suave».
Bueno, escribí «autoritarismo light» en vez de «totalitarismo light»: soy malo para los juegos
Sergio, mirá el título del post. Decía «Néstor», no «Cristina».
De todas formas, si el señor tuviera más vocación democrática no estaría viviendo en Olivos, se hubiera ido a dar una vuelta al mundo por 4 años.
¿Por qué se tenía que ir de viaje? Bill Clinton ¿se hubiera ido de viaje de ganar Hillary la interna? De hecho, hizo campaña con ella.
Bueno, a Bill Clinton se lo critica por haberle arruinado la campaña a Hillary, también.
Ana C.: Listo, hablemos de un señor con «vocación democrática muy débil»…en la sobre mesa de casa los domingos. Ahora, si lo queremos usar como conceptos, expresemos las características del tipo ideal «señor con vocación democrática muy débil» y fijémonos quienes entran. Si la primera característica es quedarse en el país después de su gobierno, entrarían allí Duhalde, Menem, De la Rúa, Alfonsín, Clinton… y todos. O sea: un concepto inútil porque no dice nada.
Vamos, Tomás, que el problema no es que se haya quedado en el país. El problema es que toma decisiones que no le corresponden porque no tiene ningún cargo electivo.
Se hubiera presentado a diputado, senador o algo si quería seguir teniendo participación política. Se hubiera presentado a presidente, estaba en su buen derecho y lo hubieran elegido.
El caso en que en su segunda presidencia se hubiera notado todavía más su tendencia autoritaria. Fijate lo que dice O’Donnell sobre democracias de baja calidad.
Y además dice: «En el molecular proceso de construcción de ciudadanía tenemos que descubrir, una y otra vez, que los poderes del Estado se los prestamos a los gobernantes. Nosotros somos el origen y los destinatarios. Pero ocurre que cuando se estabiliza, el poder tiende a olvidar su origen y termina creyendo que es para sí mismo: a eso lo llamamos corrupción, clientelismo, o violencia familiar. Por eso nosotros, los ciudadanos, debemos hinchar lo suficiente para recordarles a los gobernantes de dónde surgieron. De lo contrario, siempre se van a olvidar.»
Maestro, O’Donnell. Las negritas son mías.
Ana C.:Tenés razón me había olvidado del título del post, mi chiste fue muy malo. Debido al post que estuve haciendo me volví momentáneamente fanático de los datos precisos. Una pregunta: ¿en cuál de las siguientes categorias ubicás a los gobiernos K?: 1)Democracia plena 2)Democracia imperfecta 3)régimen híbrido 4)régimen totalitario. Es otra manera de dar precisión a las palabras como muy razonablemente lo pide Tomás.
a) Kircher es presidente del Partido Justicialista. Tiene un cargo, y como tal, habla desde ese cargo. Y está en su buen derecho de hacerlo. No de tomar decisiones, ahora, ¿las toma?, ¿por qué, porque así lo dice Perfil, TN y Crítica?, ¿porque es el esposo de Cristina?, ¿y es el esposo antes o después de las elecciones que eligieron a Cristina?;
b) su segunda presidencia no la conozco. Al contrario de Carrió, no puedo hacer profecías así que lo que hubiese hecho es una cuestión de la metafísica y, yo, soy agnóstico. Si sucede eso, hablamos.
c) ¡Socorro, O`Donnell, la política es la lucha por la construcción de poder! Chocolate, hay cosas de O`Donnell más interesantes, como los «Apuntes para una teoría del Estado». El poder procede de nosotros y se los prestamos a los gobernantes, ¿y?, ¿está funcionando mal eso?, ¿Kirchner se adueñó del poder?, ¿y las elecciones?
En todo caso, si vamos a la idea de ciudadanía de baja intensidad, hay cosas del kirchnerismo que no entiendo. ¿Por qué un tipo sediento de poder absoluto, «maquiavélicamente» (mal usado) planificador nombra la Corte Suprema más independiente de los últimos veinte años?, ¿cómo entra Zafaronni, Argibay, etc. en la conceptualización de O`Donnell?, ¿por qué Cristina envía proyectos al Congreso, si ella se cree dueña del poder que nosotros le habíamos prestado?, ¿qué tiene que hacer, llamar a referéndum a nosotros, los portadores del verdadero poder, cada vez que quiere tomar una decisión?
Saludos.
La palabra totalitariemo importa
Perdón, la categoria 4 es régimen autoritario.
Esas son las categorías del índice de democracia del Economist, que pone a Argentina por la mitad de la categoría «democracia imperfecta».
Lo que mejora el puntaje de Argentina es el proceso electoral y el pluralismo (8,75) y el respeto por las libertades civiles (8,24), que la ponen en la categoría «democracia plena».
Lo que lo baja es la cultura política (5,63), la participación política (5,56) y, sobre todo, el funcionamiento del gobierno (5), que la dejan en la categoría «régimen híbrido».
Hay bastante por mejorar, por lo visto. Ahora, el índice ése se publicó en el 2007 con datos del 2006. Vamos a ver qué sale la próxima vez que se publique. Las últimas elecciones no fueron tampoco como para andar festejando por su legalidad y transparencia.
Yo apuesto a que baja el 8,75 y también el 5. La cultura política también va a bajar. Quizás mejore la nota de la participación política, con suerte.
Kirchner toma más decisiones de las que le corresponden como presidente del PJ y eso lo sabés vos tan bien como yo, Tomás, aunque te estés haciendo el tonto.
Y no hace falta ser profeta para saber lo que es la tentación autoritaria: perpetuarse en el poder.
Además, te olvidás que Cristina manda proyectos de ley al Congreso cuando no le queda otra, y lo presenta como si fuera un enorme gesto democrático cuando en realidad debería ser la norma, no la excepción. El día que Cristina no pida la prolongación de la ley de emergencia económica, le empiezo a creer algo.
Si los amigos leen alguna entrada de este post con cuidado, yo creo que el 5, 63 va a dar guarismo negativo.
Chicana aparte, me parece interesante esa estadística ¿Estaremos peor que en el 2006? Lo dudo, por lo menos en términos de calidad y funcionamiento institucional. La Corte Suprema y el Parlamento están mostrando signos de independencia del Poder Ejecutivo que les serían envidiados en Finlandia, Estados Unidos o Italia, donde por cierto los vicepresidentes y senadores de un partido o alianza de gobierno suelen votar con disciplina partidaria.
Donde sí sospecho que hay que trabajar es en la recuperación de la cultura política democrática, que no es patrimonio sólo de un gobierno, sino de toda la sociedad. Y ese es el eje de la crítica de O´Donnell a lo que llama «democracia delegativa»: creer que todo pasa por las decisiones de los gobernantes nos hace olvidar la importancia de la participación ciudadana y sobrevolar la personalidad individual y las vocaciones de liderazgo por sobre la organización de fuerzas colectivas, partidos políticos por ejemplo, que nos permitan canalizar las demandas de la sociedad civil de un modo más apropiado que las cacerolas.
donde dice
«sobrevolar»
debió decir
«sobrevalorar»
Ana C.: Veo que le das muy poca importancia al respeto por las libertades civiles que me parece que tiene mucho que ver con ser o no autoritario y que vos misma señalás que es calificado con un 8.24, es decir, democracia plena. Ni siquiera en el peor rubro llega a régimen autoritario, palabra que si no me equivoco usaste varias veces para hablar de este gobierno. Todo esto según una revista inglesa que no creo que nos esté favoreciendo al calificarnos. Que haya cosas que mejorar no tiene nada que ver con lo claro que quedan para mi las exageraciones que se cometen cuando se critica a este gobierno por autoritario (lo de totalitario no lo menciono porque solo puede ser un chiste). Ojalá Cristina no prolongue la ley de emergencia económica, en eso coincido con vos, pero agarrarse de cosas específicas para criticar al gobierno como «autoritario» en general, no tiene sentido, porque es evidente que hay ítems opuestos como la no-represión. Entonces, ¿Argentina es una democracia imperfecta? Seguramente, como Italia, Chile o Brasil.
Ana, ¿que no le «quede otra» que mandar el proyecto al Congreso no es un síntoma de calidad institucional?, ¿o los dirigentes políticos deberían renunciar a su vocación de poder por naturaleza propia? Porque si elegims la segunda opción nos vamos a quedar atados a que el gobernante que nos toque sea «bueno» en sí mismo y quiera relegar poder porque sí, y eso me parece una fuente de inestabilidad. Para eso están los mecanismos institucionales, las elecciones democráticas, la representación de las minorías, la oposición, la división de poderes, etc.
Por otra parte, a Cristina «le quedaba otra»: sacar la resolución por ministerio, ya que la Ley de Aduanas le permite regular los derechos de exportación. En ese sentido, reconózcanle una: podría no haberlo hecho.
Y si pasamos de considerarla totalitaria a que no le creas nada hasta que no pida la prolongación de la ley de emergencia económica…en algo vamos avanzando. Charlando se entiende la gente, ¿no?
«Casi la mitad de los países del mundo tienen gobiernos que pueden calificarse de democráticos, pero las «democracias plenas» son sólo 28, según «El Mundo en 2007», un informe especial de la revista inglesa The Economist .
Casi el doble de esa cifra, 54 países en total, constituyen a partir del puesto 29 las «democracias imperfectas», por falta de participación ciudadana y cultura política. Entre ellas figura la Argentina, ubicada en el puesto 54 del ranking.
El ranking está basado en el análisis de 60 indicadores agrupados en cinco categorías, consideradas factores esenciales en una democracia: proceso electoral y pluralismo; libertades civiles; funcionamiento del gobierno; participación política, y cultura política. El índice de democracia es el promedio de los valores de cada categoría, en una escala del 0 al 10.
Se consideran áreas críticas de la democracia si las elecciones nacionales son libres y justas, la seguridad de los votantes, la influencia de potencias extranjeras en el gobierno y la capacidad de la administración pública de implementar políticas»
Para el que le interese,
http://independent.typepad.com/elindependent/2006/11/ranking_de_the_.html
Bueno, Italia está 34…
Me interesa este párrafo
«The Economist afirma que las cifras del informe reflejan que la democracia en el mundo ha detenido su avance, después de haber tenido una expansión notoria desde la década del 70 y especialmente luego del colapso del comunismo. Los ejemplos que toma la publicación inglesa son la débil respuesta de los países de Medio Oriente a las presiones para democratizarse; el golpe de Estado en Tailandia; las crisis políticas en Europa central; las fuerzas populistas en América latina, e incluso la falta de interés en la política y la restricción de las libertades civiles en democracias de larga data, como Estados Unidos y Gran Bretaña»
Otra vez, el «populismo»… interesante, ¿no? Parece que esa categoría es central, si no para analizar cómo funciona el régimen político, sí para entender cómo nos ven. Adolfo Gilly se cansó de escribir sobre el grado de etnocentrismo que encierra el concepto.
Parece que el populismo «no mide», Ezequiel.
Ezequiel: Por eso nuestra ubicación en el ranking es más importante, no quedamos tan mal ubicados, aún aceptando los valores de una revista inglesa, con todo lo que habría para discutir respecto del polpulismo, por ejemplo. Ya sé que Italia está arriba nuestro, pero la mencioné porque entra en nuestra misma categoria: Democracia imperfecta (digamos que la nuestra es un poco más imperfecta, bueh…).
Me dejó medio shockeada el 5 ése, así que fui a ver qué había detrás. Encontré las preguntas y las pasé por el traductor de Google (las mejoré un poquito, obvio, porque el traductor de Google es medio tontito, pobre). En todo caso, las preguntas están en cursiva y mi comentario en letra normal.
13. ¿La política del Gobierno es determinada por los representantes del pueblo electos en elecciones libres? Yo creo que sí, aprobado.
14. ¿Es el Poder legislativo el supremo órgano político, con una clara supremacía sobre los demás poderes del Estado? Claramente no (baja la nota).
15. ¿Existe un sistema eficaz de controles y equilibrios (checks and balances) en el ejercicio de la autoridad gubernamental? No, no, no, se sacó un cero.
16. El Gobierno está libre de influencia indebida por parte de los militares o los servicios de seguridad. Sí, gracias a Dios.
17. Las potencias extranjeras no determinan importantes funciones gubernamentales o políticas. No, por suerte.
18. Grupos económicos, religiosos u otros grupos poderosos a nivel nacional no ejercen un poder político significativo, paralelo a las instituciones democráticas. Y…, decidan ustedes, si lo ejercen, baja la nota.
19. ¿Hay suficientes mecanismos e instituciones que garanticen la rendición de cuentas del gobierno al electorado entre una elección y otra? NO.
20. ¿La autoridad del gobierno se extiende lo largo de todo el territorio del país? Sí, no hay problema en esto.
21. Es el funcionamiento del gobierno abierto y transparente, con suficiente acceso del público a la información? NO.
22. ¿Cuán generalizada es la corrupción? Desastre total.
23. ¿Tiene la administración pública la voluntad y la capacidad de implementar las políticas del Gobierno? Me parece que no.
24. ¿Cuál es la percepción popular del grado de libertad de elección y control sobre la propia vida? Habría que preguntarle al 40% de pobres.
25. La confianza pública en el gobierno. Puaj.
26. La confianza del público en los partidos políticos. Doble puaj.
¡Obvio que el populismo no mide! No mide porque descansa casi siempre en el liderazgo de un caudillo que se termina tentando. De etnocentrismo, nada, che, tentación autoritaria se llama eso. Pasa en las mejores familias, sino pregúntenle a los franceses, que eligieron un presidente pero les tocó uno con vocación de Napoleón.
Tomás, calidad institucional es que lo haga porque así lo dice la Constitución, no porque no le queda otra. Caramba, que falta de cultura cívica.
Obviamente, las respuestas son tu opinión, y me gusta cómo las cosas que tienen respuestas positivas son «gracias a Dios». Hay varias preguntas, incluso, que yo impugnaría. Pero haríamos los comentarios exageradamente largos.
Calidad institucional es que la Constitución le diga a los funcionarios que no les queda otra. Si A quiere tomar el poder mañana, yo no quiero ni me interesa discutir sobre su intención o no: quiero que las normas le digan: A, discúlpeme, pase por acá, forme un partido político preséntese a elecciones y gane.
Y si el populismo descansa en un caudillo, no sé qué hacemos discutiendo peronismo cuando el caudillo se murió treinta años atrás.
Tomás ¿vos leíste la Constitución?
Ahora no se llama peronismo, se llama kirchnerismo.
Ana, a los franceses no se les aplica el concepto de «populismo». Tampoco a los norteamericanos. Es un diseño puramente dirigido hacia América Latina. Fijate, en la estadística mencionada, que hay sólo dos países latinoamericanos entre las democracias plenas: Costa Rica y Uruguay.
Sobre populismo, hay un muy buen trabajo de María Mackinnon y Mario Petrone: Los complejos de Cenicienta.
Justamente, ahora que lo pienso, con esto de «democracia plena» está pasando algo similar al planteo de ese libro. Es un término comparativo, pero ¿qué es lo que se compara, y en última instancia, con qué?
En Los complejos…, refiriéndose al concepto de populismo, se cita a Isaiah Berlin, quien señala que con el populismo sucede algo que él denomina «complejo de Cenicienta»:
«[…] con lo cual quiero decir lo siguiente: que existe un zapato –la palabra ‘populismo’– para el cual existe un pie en algún lugar. Existen toda clase de pies que casi lo pueden calzar, pero no nos deben engañar estos pies que casi ajustan a su medida. En la búsqueda el príncipe siempre vaga errante con el zapato; y en algún lugar, estamos seguros, espera un pie denominado populismo puro. Este es el núcleo del populismo, su esencia. Todos los otros populismos son derivaciones y variaciones de éste, pero en algún lugar se oculta, furtivo, el populismo verdadero, perfecto, que puede haber durado sólo seis meses, o haberse dado en un solo lugar… Este es el ideal platónico del populismo, todos los otros son versiones incompletas o perversiones de aquel.»
¿No pasará lo mismo en un debate sobre la «perfección» /»imperfección», o «plenitud /no plenitud» de la democracia?
No, Ana, no la leí. Los populistas somos así. Qué querés que te diga.
Ana: Muy bueno lo de Ezequiel, pero yo prefiero dicutirte de visitante, con los valores del primer mundo. Considero un síntoma de autoritarismo tomar los parámetros que a uno le convienen y desechar los que no le convienen. ¿Qué pasa? ¿Es demasiado difícil reconocer que según un análisis del primer mundo entramos EN LA MISMA CATEGORIA QUE ITALIA?¿Es muy difícil aceptar que no nos pone NI REMOTAMENTE CERCA DE LOS REGÍMENES AUTORITARIOS? ¿El 5 te dejó shockeada? Qué lástima, a mi el 8.24 me dejó sacando pecho…
Entonces leela, Tomás, es la ley de leyes del país y por lo visto te vas a llevar unas cuantas sorpresas. Te aconsejo sobre todo los artículos 75, 76 y 99.
Ezequiel, a los europeos también se les aplica el concepto. Sarkozy y Berlusconi son populistas, por ejemplo. Si los dejaran, se coronan. En Dinamarca hay una política de la derecha antiinmigración que también es populista. Que no lleguen demasiado lejos es gracias a los sistemas de controles democráticos. Lo que hay que evitar es confundir populista con popular para dejarse de justificar al autoritarismo.
Por supuesto que el 8,75 (que apuesto a que baja, desgraciadamente) y el 8,24 me pusieron contenta. Sobre todo considerando la historia argentina. Pero si queremos vivir en esa democracia a la que yo creo capaz de generar justicia social (y no olvidemos, de paso, que Latinoamérica es el continente más injusto del planeta), todavía falta mejorar bastante.
Si ese 5 fuera un 8, por ejemplo, no tengas dudas de que habría muchos menos pobres.
Ana: Veo que esquivás mis preguntas que más te molestan y contestás las más fáciles. Por si no quedó claro, cuando digo: «Considero un síntoma de autoritarismo tomar los parámetros que a uno le convienen y desechar los que no le convienen.» me refiero a la larga serie de preguntas y respuestas que hiciste antes eligiendo justamente el peor de los rubros. Entonces te repito, tenés que aceptar los datos completos, siempre podriamos estar mejor, pero ahora, según los parámetros del primer mundo ESTAMOS MUY, MUY LEJOS DE TENER UN GOBIERNO AUTORITARIO.
Bueno, Sergio me convoca a volver a un parámetro que me parece cuestionable. Y digo que me parece cuestionable, en la medida en que el mismo análisis, efectuado por especialistas de la región (Acuña y Smulovitz, Silva Garretón, etc), da guarismos muy diferentes.
Si pensamos en la participación de las Fuerzas Armadas, por ejemplo, tanto en Chile como en Brasil y Uruguay, éstas han resguardado fuertemente su presencia corporativa, en la economía y en la política, en relación a la Argentina, donde los jefes militares fueron juzgados y condenados. La formulación pinochetista de la constitución chilena, o la presencia de los militares chilenos, brasileños y uruguayos en el diseño de las políticas públicas y en la conformación del presupuesto son datos muy trillados en la politología latinoamericana. Ni hablar del papel de instituciones como la Iglesia Católica -que podríamos asimilar, como hizo Zapatero durante la campaña electoral española, en la medida en que su conducta responde al mandato del Vaticano, a la incidencia de una potencia extranjera-. En Brasil, Uruguay y Chile, investigar los crímenes de las dictaduras militares es casi una utopía. Y sin embargo, los tres países se encuentran en posiciones muy diferentes.
Pero tomemos el análisis. Después de todo, la filiación europea de los términos que utiliza la oposición es conocida: no es casualidad que Carrió se financie a través de la Fundación Arendt.
Incluso en esa tipología platoniana, estamos tan lejos de términos como «autoritario», «totalitario», «poco democrático», «poco republicano», etc, que me parece que quienes intentan anclar su oposición legítima a los actos de gobierno del oficialismo en una conceptualización propia de las Ciencias Políticas y en un lenguaje pro instituciones, tendrían que tomar nota.
Ezequiel: No, no, lo aclaro en el comentario que salió antes que el tuyo, cuando releí me di cuenta que se podía entender así, no era para vos, era por la serie de preguntas y respuestas de Ana.
Che, elegí justamente el peor de los rubros para ver dónde se puede mejorar. En las dos cosas que estamos bien se puede mejorar pero está bastante bien y no es un problema para la democracia, ni para los argentinos. Lo que baja la calidad de vida es lo que está mal, no lo que está bien ¿o no?
No entiendo lo de populismo puro y democracia perfecta. En ningún lugar existe ni lo uno ni lo otro. Pero siempre hay imperfecciones que se pueden mejorar. Las imperfecciones del sistema político argentino le arruinan la vida a un poco menos de la mitad de la población, a mí me parece un número bastante alto como para intentar mejorarlo.
¿Y por qué no el artículo cuarto, que establece que los derechos de exportación e importación no son coparticipables? Porque, Ana, te cuento que de eso se habló hasta el cansancio: querían coparticipar ¡los ingresos de la Aduana Nacional!
Ya que estamos, ¿me indicarías un artículo donde se caracterice a Sarkozy o a Berlusconi como «populistas»? No es broma ni chicana, no vi ninguno.
Todo bien Ana, una sola pregunta te pido que me contestes sin irte de tema: Visto el artículo con los parámetros del primer mundo, ¿aceptás que estamos muy lejos de tener un gobierno autoritario (supongo que totalitario ya quedó en el olvido)o no? Te pido que en algún momento de la respuesta dejes claro si es por SI o por NO.
El problema, Ana, es que la realidad social no se acomoda a tipos ideales, como bien sabe el lector de Weber, ni es subsumible en formulaciones matemáticas pseudo objetivas.
Ahora veo que señalás «No entiendo lo de populismo puro y democracia perfecta. En ningún lugar existe ni lo uno ni lo otro. Pero siempre hay imperfecciones que se pueden mejorar». Bueno, entonces, si no hay posibilidad de perfección sobre la tierra (no hay un país 10 sobre 10, o cien sobre cien, para decirlo en criollo), entonces el parámetro es una idealización platoniana. Si la democracia perfecta no existe en la realidad como la conocemos, esta tipología tiene algún problemita.
Sergio, me pareció perfecto y complementario tu razonamiento, por eso lo retomé, no sin antes señalar mi disidencia con el criterio. Porque, como decís, incluso tomando la metodología de The Economist, está claro que vivimos en una democracia (adjetivarla de «imperfecta» no modifica el sustantivo), y que hablar de autoritarismo, dictadura, totalitarismo (así sea light) es un descuelgue.
Bueno, sobre Sarkozy y Berlusconi ahora no los voy a encontrar, pero que los hay, los hay, sobre todo del segundo.
Sobre las retenciones y la Constitución, hubo buenos debates en el blog de G. Arballo y también en Finanzas Públicas.
Chile tiene 5 en participación política y 6,23 en cultura política. Pero en funcionamiento del Estado se sacan 8,93, en lo de las elecciones 9,58 y en libertades civiles 9,71 ¿Se puede mejorar, sí o sí?
Ahora, no me parece que la tipología presente problemas demasiado graves. En esa lista, el mejor país es Suecia, no llegan a 10 porque tienen 9.38 en cultura política, en todo lo demás tienen 10. Las mejores democracias del planeta según esa lista, son Suecia, Islandia, Holanda, Noruega, Dinamarca y Finlandia. Los países con mejor distribución del ingreso del mundo, dicho sea de paso. Más democracia, más justicia social.
No, Argentina no tiene un sistema totalitario, pero tiene una democracia muy, muy mejorable y un partido en el gobierno que no muestra demasiada voluntad de mejorarla, con un líder al que le encantaría jubilarse en Olivos sin que nadie le diga mucho lo que tiene que hacer. Mientras eso no mejore, no esperes que mejore la distribución del ingreso.
Insisto, los politólogos como Acuña, Smulovitz, Garretón y el propio O´Donnell no le dan esa calificación al «funcionamiento del Estado» democrático chileno. Y uno de los temas es la subestimación de aspectos como la participación de los militares y el diseño constitucional.
Por otro lado, Chile está 30, cuando hasta el 28 es democracia plena… y no es precisamente mi ideal en términos de distribución del ingreso.
El artículo, lo estaré esperando…
Ana: Bueno, bien, importante reconocimiento, era como decía Tomás, hablando la gente se entiende, pese a que para que parezca menor el grado de reconocimiento decidiste poner «no Argentina no tiene un SISTEMA TOTALITARIO.» Cuando mi pregunta era usando la categoria GOBIERNO AUTORITARIO. Pero lo considero un error como el que yo tuve antes al poner las categorias y traduzco tu frase en : «NO, ARGENTINA NO TIENE UN GOBIERNO AUTORITARIO.». un reconocimiento importantísimo viniendo de alguien tan crítico como vos en ese rubro. Si mi traducción de tu frase fue un error, y al usar la categoria GOBIERNO AUTORITARIO, tu respuesta sería otra, por supuesto podés aclararlo, sino tomo como válido lo que digo aquí.
Sergio: la frase siguiente es más clara
«Tiene una democracia muy pero muy mejorable»
Si esas son las formulaciones, yo estoy de acuerdo con Ana. Tenemos que sacar del juego a las corporaciones (ítem 18), mejorar la cultura política, recuperar la confianza en los partidos políticos, e insistir en la importancia de la participación (que no es agitar una ollita cuando no me gustan las cosas).
Sobre esto, creo haber posteado acá que más participación como la que tuvimos no necesariamente equivale a mayor calidad democrática. La participación, como categoría de análisis, refiere a los mecanismos de mediación política de la democracia, los partidos y las ONG.
Bueno, se me confunden autoritarismo y totalitarismo todo el tiempo. No soy tan sutil con eso.
Ezequiel, googlea «Sarkozy populism» o «Sarkozy populisme» o «Sarkozy populismo» y te salen millones de cosas. Ni hablar de Berlusconi. Otra cosa que caracteriza a los populistas es que prometen el oro y el moro y se creen y te hacen creer que pueden caminar sobre el agua.
Eso, hablando se entiende la gente. Además de lo que dijiste, hay que aumentar la transparencia de los actos del gobierno y lo de la rendición de cuentas. Y mucho más control interinstitucional. Y el proceso de creación de leyes.
¡Vamos! a ver si no es un placer ver cómo los diputados y los senadores discuten a rabiar.
Ezequiel, sí por supuesto, usando esa formulación yo también estoy de acuerdo. El tema de las comparaciones y los números, aún con las categorias del primer mundo, me parece importante para que no se confundan los tantos.Las críticas, en muchos sentidos, hacen parecer que vivimos algo así como en el peor de los mundos. También es bueno a veces discutir parámetros con los que yo tampoco estoy del todo de acuerdo, pero como eso es más difícil, por lo menos es importante ponerse de acuerdo en que no nos corran el arco al evaluar la situación actual.
Yo creo que es porque a los argentinos nos gustaría mucho más estar en el lugar 20 que en el 54, o por lo menos, no gustaría ir subiendo, aunque sea de a poco y no bajando.
Quiero decir, no tenemos que comparar a la Argentina de hoy con la Argentina del Proceso. Tenemos que comparar a la Argentina de hoy con ¡qué se yo!, por lo menos con España, que hoy está mejor que Bélgica, el Reino Unido, Francia e Italia, pese a que también tuvo su buena dictadura.
Uh…empezamos otra discusión interminable…me parece. ¿Necesitamos seguir esos modelos, o en todo caso, necesitamos una democracia posible en Latinoamérica? Eso es lo eurocéntrico de las consideraciones sobre el populismo: pretender una democracia parlamentaria europea es desconocer que tenemos una historia, que a partir de esa historia se construye una morfología política condicionada por ese devenir histórico y que tenemos que construir en base a eso. El populismo es una forma de expresión política y se la condena porque da voz a quienes normalmente no la tuvieron. Denigrar el populismo por su elemento caudillesco es desconocer que existe una relación entre líder carismático y su base que no va en un sólo sentido, hacia abajo. Es larguísimo el debate: mi postura es que se puede construir desde el populismo, y que, bajo este sistema y en éstas condiciones dadas, es la forma de construcción política que más y mejor interpela a los sectores populares.
Sí, necesitamos que la democracia sea posible en Latinoamérica.
A mí que la democracia sea parlamentaria o no, me importa tres pitos. Lo que me importa es que sea una democracia que funcione y que dé derechos y no creo que el populismo sea democrático y tampoco el hiperpresidencialismo que lo suele acompañar (véase Sarkozy, de paso).
Como yo asocio democracia con justicia social y desarrollo económico, y en esto no soy ninguna original, creo que toda esa historia de la especificidad latinoamericana es puro cuento para justificar experimentos que a lo único que llevan es a un nuevo desencanto y a la misma injusticia social de siempre.
Mucho populismo, mucho populismo, pero sigue siendo el continente más injusto del planeta, con más gente excluída y donde más se discrimina a las minorías. El modelo populista es un modelo de exclusión social y le trae bienestar a muy pocos, porque concentra el poder político.
El populismo no sirve para nada, che. Por lo menos no para lo que ustedes creen y quieren que sirva. Hora de despertarse.
Y para mí de ir a dormir.
«El modelo populista es un modelo de exclusión social y le trae bienestar a muy pocos, porque concentra el poder político. El populismo no sirve para nada, che. Por lo menos no para lo que ustedes creen y quieren que sirva. Hora de despertarse.»
Ana, antes de dormirte, te recuerdo que el populismo mejoró, de hecho, todos los indicadores sociales entre los años 40 y los 70, y que estos indicadores comienzan a empeorar, precisamente, no bajo gestiones populistas, sino bajo dictaduras neoliberales, digo, como para darle un marco histórico preciso. Asimismo, el impulso reformista de los populismos latinoamericanos no se detuvo en la arena social, sino que implicó un raudo avance de los derechos políticos, esto es, más democracia. Sostengo, entonces, que al contrario de lo que suponen, desde un cómodo sillón londinense, los amigos de The Economist, existe una asociación positiva entre populismo, democratización y distribución progresiva del ingreso. Históricamente hablando, eso es indiscutible, no sólo para el caso argentino.
De fondo, el populismo es una etiqueta denigrante y eurocéntrica, no una categoría de análisis que permita encontrar aquello que tienen de común los nacionalismos populares latinoamericanos. Y en cuanto a la persecución de las minorías, después de la «Directiva Retorno», los europeos perdieron cierta autoridad moral para hablar de libertades: ahora, ser ilegal es un delito no excarcelable.
De acuerdo a esa definición ¿el liberalismo a la Hayek no sería una forma de totalitarismo? Digo, se trataría también de ir borrando los obstáculos (acá el estado, visto como una especie de íncubo), para que la ley de la naturaleza se despliegue ¿no?
Dos veces no Ana C.
El populismo en Europa no es lo mismo que el populismo en Latinoamérica. El populismo en Europa está asociado a la derecha, generalmente al liberal-populismo o a los grupos de extrema derecha. Cuando vos usás el término, lo usas como esa categoría europea y no como concepto (que igual es discutible).
Propongo que o lo usemos seriamente o no lo usemos más. EStá muy bastardeado, suena a Oppenheimer que critica al populismo y alaba a Uribe.
Una chicana, si se te confunden las diferencias entre autoritarismo y totalitarismo. Y vaya que es enorme la diferencia entre José María Guido y Adolfo Hitler, no los utilicés como categoría que sirva para analizar la realidad. SU uso en la historia está poco claro, mucho más en la realidad. Hace unos días decías que de Economía hablaba todo el mudno, bueno, si yo hablara de Economía, me mandarías a callar o a leer. Como yo soy menos cheronca que usted, simplemente propongo que los saquemos del análisis, que los dejemos en suspenso. O que seamos claro, no es lo mismo la pavada del «poco respeto a las instituciones»* que el totalitarismo.
Repito: ¿Dónde está la policía secreta, dónde está la Stassi, que me la he perdido? Vengan a buscarme che, soy un antipueblo, no he ido a las plazas de Cris K….
*: no es que yo considere una pavada a las instituciones, las cuales creo que son centrales. A los que considero pavos son a aquellos que no tienen la más pálida de que es una institución, o que no comprenden que la democracia puede ser ejemplar desde el punto de vista formal y un desastre desde el punto de vista social (O´DOnnell, democracia delegativa) o a aquellos que se hacen los otarios porque cuando gobernaron les importaban ya sabemos que las instituciones( periodistas del establishment, el establishment, los radicales, el macrismo, el duhaldismo, la Iglesia, Aguinis, Sebreli, el rabino Bergman, Mirtha, La Nación, Magnetto, largos etcéteras)
Yo opino, deberían matar a Ana C. Sí, y a todos los pelotudosque quieren esa patria asquerosa, llena de flogitos. Vendepatrias, oligarcas, etc ect ect!
Jaimito, te recomiendo que le pegues una leídita a las poquitas reglas que es necesario respetar para que esto siga siendo un espacio de debate y no el foro de La Nación. Mientras tanto vamos a borrar este comentario. Una disculpa tuya no estaría de más.
Saludos,
A
Ezequiel, entre el 40 y el 70 hubo un par de dictaduras militares además de Perón, así que el autoritarismo populista y el autoritarismo militar se mezclaron bastante. Perón era militar y muchos militares eran peronistas. El modelo de estado de bienestar que se creó durante esos años fue uno de los peores imaginables. El famoso modelo conservador/corporativo que no distribuye nada pese a tener una estructura de gasto relativamente importante. El modelo protegía solamente a los trabajadores más protegidos de la economía formal y la estructura de gasto social era regresiva. Y lo peor es que lo sigue haciendo.
Insisto, el populismo es un modelo de exclusión social, porque no le da prioridad a políticas de protección social universales sino a políticas de seguridad social discriminatorias.
Demás está decir que las reformas de los 90 terminaron de arruinar todo, ya que en lugar de universalizar privatizaron, pero bueno, ahí estamos.
El caso es que en esta nueva etapa populista-kirchnerista no se muestra ni la más mínima señal de estar ampliando el modelo, sino que se vuelve a insistir con la vieja receta de los años 50-60: un modelo de seguridad social excluyente. Se gasta mucho en poca gente y esa gente no es la que más lo necesita. Y a los que sí lo necesitan se le ofrecen programas pobrísimos.
La política de inmigración europea la discutimos otro día, que de eso también sé bastante.
Julián ¿y quién te dice que el populismo latinoamericano no es de derecha?
Mirá, para los economistas lo que define al populismo no es la izquierda o la derecha sino su despreocupación por el largo plazo, por el bienestar de la gente y por la sostenibilidad de la economía. En ese sentido, Sarkozy, Berlusconi, Chávez, Menem y Kirchner son todos lo mismo.
Me confundo totalitarismo con autoritarismo cuando escribo rápido, en mis esquemas mentales los tengo bastante bien diferenciados (creo).
Ana, de acuerdo a tu definición de populismo ¿Podemos decir que la reserva federal ha llevado adelante una política populista? Por lo del largo plazo, el bienestar de la gente y la sostenibilidad de la economía.
Quizás lo que nos lleva a ubicar a los populistas latinoamericanos a la izquierda, es que existen en un campo político real (no en la vaporosa imaginación de teóricos) donde frente a ellos se para la más extrema de las derechas.
Sí, para mí la política de la FED fue populista, pero antes, ahora están apagando los incendios que causaron siendo populistas. Y como cuando los EEUU se resfrían el resto del mundo se termina sonando los mocos, parece que los costos se repartirán muy graciosamente por el resto del mundo.
A lo mejor tenés razón, que si la derecha es muy extrema, la izquierda no tiene oportunidad de crearse.
Me retiro, pese a su larga estadía en Bruselas Ana C. sigue siendo argentina y como todos bien sabemos, es completamente inútil discutir con uno de ellos.
Saludos Ana C, siga pensando que el radicalismo es un partido democrático y honesto y que el mal de la Argentina es el populismo. Chauchis
Muchachada, correligionaria Ana C:
Como he abandonado la discusión hasta que algún sacado diga que Kirchner habla como el Führer (¿Si eso no es un fallido, qués cosa es un fallido?) he decidido aportar a la discusión un audio bastante interesante del programa «Marca de Radio» conducido por Eduardo Aliverti. EL audio es de Marzo del 2007. Se debate sobre populismo con Nicolás Casullo, Federico Schuster y Pacho O´Donnell:
Se puede descargar de acá: http://rapidshare.com/files/143769721/El_regreso_del_Fantasma.mp3
Asimismo, en el sitio de la gente del CLub de Cultura Socialista, hay una serie de conferencias sobre el tema, que están muy interesantes. Lamentablemente la mayoría paretn desde un enfoque lbieral, pero otras no. De todas maneras,el nivel de exposición es muy alto. Recomiendo ampliamente la titulada «Democracia y populismo en la Argentina Contemporánea» a cargo de Gerardo Aboy Carlés.
Enlace: http://www.clubsocialista.com.ar/actividades/conferencias_semanales/2006.php
«En ese sentido, Sarkozy, Berlusconi, Chávez, Menem y Kirchner son todos lo mismo»
Ana, con todo el respeto que te pueda tener, acá no se entiende de qué estás hablando. Mezclás con licuadora industrial conceptos y procesos, no tenés la más mínima reserva de diferenciación empírica, y salís con estos enunciados absolutos que debemos creerte porque sos buena (cosa que no dudo, pero que tampoco equiparo a infalible).
A ver: el populismo significó un progreso indiscutible (Azpiazu, Basualdo, Khavise, Basualdo aparte, Gerchunoff y Llach, etc.) en los términos en que se presentaban las políticas sociales en sociedades integradas por el vínculo salarial, es decir, en sociedades donde había poco espacio para la aplicación de políticas universales.
Y sin embargo, tanto en el peronismo como en el desarrollismo se aplican políticas conducentes a mayores niveles de integración que redundan en logros sociales largamente perdurables, absolutos y relativos.
El 75% de los economistas dedicados a historia económnica te diría esto, y lo sabés perfectamente.
Después está el reconocimiento de fisuras excluyentes en el modelo desarrollista desde Frondizi a Onganía, como las marcadas por Susana Torrado, pero ello no niega el perfil de los mercados laborales, los niveles de distribución del ingreso, la universalidad relativa del acceso a la vivienda, a la salud, a la educación, al ascenso social, etc.
Ni Díaz Alejandro niega esto. Y vos no te parecés en nada, por suerte, al ensayista cubano.
No sé si les voy a ser útil o no, pero permítanme inmiscuirme. Soy un ciudadano que poco ha leído de ideas políticas y definiciones de los pensadores famosos. Pero siempre traté de ser un observador detallista de la realidad que me ha tocado vivir. Tengo 72 y recuerdo muy bien la primer época de Perón. Se veía a si mismo como un gran estadista sin competidores, para hacer lo correcto en Argentina. Por lo tanto disponía del aparto Estatal y político, sin sujetarse mucho a la legislación. Su seguridad en si mismo, su poder, lo habilitaba a copar todos los resortes del Estado. Los librepensadores, intelectuales, profesionales, buena parte de la clase media, radicales, marxistas, y muchos istas incluidos se sentían mal y amordazados.
Con K se está muy lejos de esa situación. Si, se la creyó bastante, pero creo que sabe que a veces debe recular. Y le da bronca, mucha bronca cuando no le salen las cosas bien, como en el caso del campo. Fue ganando poder y con buenos resultados e gobierno durante más de 4 años, que se la creyó. Lo ha dicho muchas veces con resignación “Y bueno, la democracia es así, unos piensan de una forma y yo tengo la mía”. Pero ¿en que medida lo asume? No demasiado, me parece. Esto es lo que debe aprender si quiere ganar en el 2011. Creo que todos pensamos que puso a Cristina para seguir gobernando durante la cena en Olivos. Y luego ganar en el 2011. “Si llegué al 2007 con tanto poder, y ahora me apodero del PJ el 2011 lo tengo en el bolsillo”. Pero no es tan fácil la cosa.
A mi me parece que tiene que: 1)Respetar mucho más al Congreso, renunciando a los poderes, y dejando que su gente y el resto cumplan sin ingerencias lo que manda la Constitución. 2)Ni un solo intento de tener poder sobre la justicia. 3)Enfrentando por todos los medios y todos los días a las críticas de la oposición. 4)Comenzar a construir junto a la ciudadanía POLÍTICAS DE ESTADO, no de gobierno, políticas de larga duración… y mucho más.
Siento que los ciudadanos como yo, tenemos también derecho a pensar que país queremos, aunque no seamos muy versados en aquellos intelectuales. Un saludo cordial.
La experiencia es un testimonio esencial, Horacio, por supuesto que tenés ese derecho. La historia no tiene un sólo sentido que podamos conocer: tiene muchos, y la discusión actual, siempre que pueda, debe partir del testimonio – experiencia como primera herramienta del conocimiento.
Sobre Ana:
«Ezequiel, entre el 40 y el 70 hubo un par de dictaduras militares además de Perón, así que el autoritarismo populista y el autoritarismo militar se mezclaron bastante. Perón era militar y muchos militares eran peronistas. El modelo de estado de bienestar que se creó durante esos años fue uno de los peores imaginables. El famoso modelo conservador/corporativo que no distribuye nada pese a tener una estructura de gasto relativamente importante. El modelo protegía solamente a los trabajadores más protegidos de la economía formal y la estructura de gasto social era regresiva. Y lo peor es que lo sigue haciendo. Insisto, el populismo es un modelo de exclusión social, porque no le da prioridad a políticas de protección social universales sino a políticas de seguridad social discriminatorias»
a) Algunas generalizaciones son demasiado burdas.
1. «Perón era militar, y muchos militares eran peronistas», no se ve muy bien a qué apunta, y sobre todo tiene el pequeño problema de que todos los golpes militares 55 – 76 se dieron para evitar o retrasar el acceso del peronismo al poder, amén de lo cual, las fuerzas armadas estaban hegemonizadas por tipos comop Aramburu y Rojas, no precisamente peronistas, que se la pasaron tratando de desperonizar al país y volver a los «buenos viejos tiempos», sin sindicatos, ni peronismo. Ubicá un poco mejor el plano histórico: hasta Savio era antiperonista.
2. «el autoritarismo populista y el autoritarismo militar se mezclaron bastante»: o sea, ¿es lo mismo el gobierno peronista, que por cierto tuvo legitimidad de origen y de ejercicio, que los golpes de la Libertadora y la Revolución Argentina? Ni Sábato dice eso, Ana. De nuevo, falta un poco de madurez en lectura histórica.
El régimen de acumulación industrial no fue pergeñado exclusivamente por Perón, sino que era en parte una herencia de los debates de los años treinta, como el suscitado a raíz del Plan Pinedo y las preocupaciones que causaba la Segunda Guerra Mundial. Pero tampoco quedó en el peronismo, sino que fue reformulado de nuevo por Frondizi, quien abre la etapa de las inversiones extranjeras directas manteniendo el grueso de la legislación laboral.
En ese contexto, los derechos sociales no eran universales, estaban atados al vínculo salarial, como nos recuerda cada dos minutos Castel. No eran universales en ninguna parte: recién se empieza a discutir este tema (la universalidad de las prestaciones) cuando, a fines de los setenta e inicios de los ochenta, entra en crisis, por ejemplo en Alemania la relación salarial como paradigma de integración. Y ahí aparecen las primeras políticas sociales universales.
b) «El modelo de estado de bienestar que se creó durante esos años fue uno de los peores imaginables»: de nuevo, falta sentido histórico. En esa época, fue uno de los más avanzados, comparable al norteamericano más que al europeo, con la salvedad de que se mantuvo una política tributaria relativamente regresiva. Pero la política de salud, educativa, previsional y de género del primer peronismo es altamente reivindicable, aún hoy.
c) «El famoso modelo conservador/corporativo que no distribuye nada pese a tener una estructura de gasto relativamente importante. El modelo protegía solamente a los trabajadores más protegidos de la economía formal y la estructura de gasto social era regresiva»
¿En relación a qué cifras era regresiva? ¿En relación a qué distribución del ingreso? Para 1950, los obreros se quedaban con el 50% del producto. Compará con lo anterior y lo contemporáneo, y es progresivo por demolición. Compará con el futuro conocido, y ni hablar.
Por otro lado, omitís olímpicamnete que el 95 % de la PEA estaba integrada en circuitos de trabajo altamente formales, estaba agremiada, y recibía beneficios sociales por esos vínculos. Fue ese el blanco del neoliberalismo militar -el único partido orgánico de la derecha antes de PRO-.
d) «Insisto, el populismo es un modelo de exclusión social, porque no le da prioridad a políticas de protección social universales sino a políticas de seguridad social discriminatorias»
Cierto, discrimina a los desocupados y subocupados, pero esa realidad es de HOY, no del modelo populista. No lo es, entre otras cosas, porque, nuevamente, el pleno empleo no era una aspiración, era una realidad, y los sindicatos estaban ahí para garantizar esos derechos. Eso fue lo que destruyó la última dictadura. Y no hay muchas soluciones a la vista con un Estado que, veinticinco años después, sigue quebrado y una política tributaria no sólo regresiva, sino casi inalterable en virtud de las relaciones de fuerza vistas en ocasión de la 125.
En ese sentido, concuerdo en que hay que pensar la política social desde la universalidad, porque la relación salarial como eje no vuelve más. Pero para adelante, no proyectando hacia atrás (eso que llamamos anacronismo) las necesidades del presente.
Ezequiel, me refería al estado de bienestar y no tanto a la política, aunque sé que separarlos no está del todo bien.
Es cierto que el estado de bienestar del peronismo era uno de los más avanzados del mundo en los 40. Se dice que sólo el uruguayo podía disputarle el título. Pero ahí se quedó. Reconozco que las políticas de educación y salud eran muy buenas, pero las previsionales y de género, no.
Por más que históricamente sea relevante, era un estado de bienestar muy pequeño y, sobre todo, muy poco sostenible. La cobertura social se hace más extensiva especialmente en los ’60 y es por eso que digo que se mezclan. El Estado de Bienestar argentino que recordamos de principios de los 70 no es solo peronista. Es fruto del peronismo y de las dictaduras militares, aunque no te guste. Y siguió un camino más parecido al alemán/bismarckiano que al norteamericano.
También acepto que en su momento fue progresivo, pero el tipo de modelo que seguía lo condenaba inexorablemente a ser regresivo y de exclusión. Me hablás de que el 95% de la PEA estaba integrada. Te olvidás que la PEA en Argentina fue y es bajísima. La población no económicamente activa la doblaba por esos años y sigue siendo muy baja a niveles no sólo internacionales, sino también latinoamericanos. Esa gente queda excluída por definición.
Y discrimina a los desempleados, a los que están fuera de la PEA no porque quieren sino porque no entran o ya no tienen posibilidades de volver y, sobre todo, a las mujeres, a las que el modelo también excluye porque son las que menos integradas están en el mercado de trabajo formal y las que casi nunca tienen una carrera que le permita acceder a las prestaciones.
Por último, seguís con la opinión errónea que la 125 era una medida de corte progresista. Progresista era hacer algo con el impuesto a las ganancias, no con las retenciones, y hasta ahora no se vio que quieran hacer nada serio con eso.
Por último, el modelo populista además de excluyente era insostenible. Se crearon beneficios sin tener en cuenta la financiación y sin crear la cultura de que algo así se sostiene entre todos. La demanda de estado de bienestar es así muy superior a su oferta. Se creó un estado de bienestar en los 40 y aún hoy, en el 2008, el Estado no tiene cómo financiarse.
A los argentinos jamás les entró en la cabeza la gran frase de Marx, que decía algo así como que había que contribuir según la capacidad de cada uno para recibir según la necesidad de cada uno. El populismo creó la conciencia de que recibís y contribuís a la bartola, según la discrecionalidad del que decide cuándo, cuánto y cómo. Y así no hay solidaridad que resista.
«De cada cual según su capacidad, a cada quien según su necesidad»
Pero ese es el comunismo. No el socialismo, el comunismo. La fase final de desarrollo de la historia tal cual la conocemos, esto es como historia de la lucha de clases. Digo, ese precepto, y me imagino que lo que me querés decir, es:
-era necesaria una reforma tributaria, que financiara…
-…las necesarias políticas universales de asistencia, que evitarían…
-…los altos niveles de cleintelismo, dependencia del Estado, etc.
Y yo estoy de acuerdo, pero HOY, que conozco dónde terminó el capitalismo del Estado de Bienestar en la propia Europa, inclusive Alemania -que vos, con razón, ves como un modelo que discrimina, dentro y fuera de la PEA-
En ese momento, largamente superados por Uruguay, en materia social, estábamos avanzadísimos. Y fijate que había la solidaridad como para armar un Congreso Nacional sobre Productividad (el problema, o uno de ellos, de la economía nacional) y tratar de acordar corporativamente, que es la manera complementaria de hacer las cosas.
Es innegable la impronta alemana -prusiana, en verdad- en el peronismo. Y es medio innegable también que en ese momento, los años sesenta, luego o durante el «milagro alemán» de la RFA, se trataba de uno de los países más avanzados del mundo.
Por lo demás, acordamos en
-reforma tributaria y penal:
a) unificación de los distintos criterios impositivos
b) que los que más tienen más paguen, vía impuesto a las ganancias, o diez años de cárcel si evaden.
c) coparticipación automática de recursos sobre la base de coeficientes fijos a renegociar cada cinco años (el modelo de la ley 20.221 de 1973…populista)
d) reducción del IVA a un tope máximo del 6%.
-asignaciones y prestaciones: universales en TODOS los casos.
Me hiciste reir dos veces.
La frase de Marx es uno de los lemas de la socialdemocracia danesa, así que no parece que haga falta llegar al comunismo. A lo mejor Marx la pifió un poco como profeta, al final.
Pará un poco, che, que hay que ver si el presupuesto cierra y da superávit. Todavía hay que seguir bajando deuda :-)
Bueno, ese es uno de los análisis de una tal Ana C que tomé para entender el pago al club de París. Hasta lo cité.
Y por otro lado, el eje de esa política de Estado tiene un punto central: que asumas en el Palacio de Hacienda. Te vas a tener que bancar a los peronchos con los bombos, pero lo demás es interesante.
La socialdemocracia es un camino al socialismo Ana C.
Pese a que Marx criticara al programa de Gotha, Bernstein titula su libro las tareas de la socialdemocracia con las palabras «las premisas del socialismo». Kautsky nunca negó a la socialdemocracia como camino al socialismo y los allendistas tenían una teoría metafórica de que el viaje al socialismo era uno en tren, en el cual las diferentes clases se iban bajando en las distitnas estaciones hasta que llegara sólo la clase trabajadora a la última.
Lo que quise decir con estas ntoas sueltas, es que laf rase de marx sirve para unirnos sin importar lo que pensemos, pero al mismo tiempo es fuertemente ideológica. ´La versión local es la que dijo el viejo Genral cuando expreaba que «sólo existe una clase de hombres, la que trabaja».
Seguramente Meler que es peronista pueda expresarse sobre el tema mucho mejor que yo, la simbología del primer peronismo es fascinante.
¡Estos populistas! Le ofrecen El Ministerio a cualquiera…
(Confieso que imaginarme en la oficina del ministro escuchando la maravillosa música de los bombos me pareció de lo más fascinante).
A mí nunca me convenció esa teoría de las etapas. La socialdemocracia no es necesariamente el camino al socialismo, ni éste último al comunismo. Quizás sea, como idea y como posibilidad histórica, la superación de los otros dos. Es decir, socialdemocracia es socialismo con libertad y un mix de propiedad privada y pública, que es lo que más nos conviene a los seres humanos, ya que somos unos bichos sociales e individualistas al mismo tiempo.
Con respecto a la frase marxiana, comparándola con la frase de Perón, sí tiene una carga ideológica muy fuerte. La de existís porque trabajás ¿no? y eso es bastante excluyente. Si la pensamos desde una perspectiva de ciclo vital y de minorías, deja de serlo. Contribuís más cuando sos adulto, sano, fuerte y tenés trabajo y recibís más cuando sos nene, viejo, discapacitado o desempleado. Y es ése componente de solidaridad entre y dentro de las generaciones, junto con la idea de la responsabilidad social de cada uno, lo que la convierte en una de mis frases favoritas.
Ana C:
Mencioné la idea de las etapas porque es una buena metáfora de cómo se puede convivir en democracia.
La socialdemocracia es socialismo democrático, no niegue el carácter socialista de la misma. Sino estamos en un liveralismo de izquierda, que no es lo mismo, por ejemplo, sustanciales diferencias en cuanto al problema económica. De todas maneras, la frase de Perón es asimilable a la de Marx, con aquello de que «los que trabajan» no se refiere a la Población Económicamente Activa sino a las clases laboriosas, el pueblo trabajador, aquellos que sólo disponen de su fuerza de trabajo y la utilizan en consecuencia para satisfacer sus necesidades vitales. Recuerde además que el General la formula en un contexto en el cual la seguridad social no existía, ni hablemos de Marx, viviendo en un contexto en el cual la sola idea de un estado benefactor era una quimera absoluta. Por otra parte, usted puede decir lo que quiera, pero no hay nada más maravillosamente irónico, serio y claro que la prosa de Carlos Marx, el 18 Brumario, el Manifiesto y la guerra civil en Francia son obras de arte.
Deje de joder con la pelota del populismo, usted lo utiliza en uns entido eurocéntrico y grondoniano. Además, mire, le estamos ofreciendo el minsiterio, vamos, péguese la vuelta correligionaria….
¿Correligionaria? ¿Qué sos? ¿Un radicheta renegado?
No estimada Anne, vos sos radicheta alfonsinista y yo me divierto llamandote correligionaria.
Arriba puse liberalismo con ve corta, que bestialidad che…
El correligionaria va además para no decirle «compañera Ana C»( que bien que suena) que tan peruca sindical suena