La Patria, el Movimiento, los Hombres

Primero, la Patria.
El oficialismo desde 2003 (nótese la conciente y decidida sutileza de evitar el uso del apelativo “kirchnerismo”) se enfrenta a un desafío crucial y novedoso: está ante una posibilidad cierta de ser gobierno por un tercer mandato consecutivo, algo inédito en la historia nacional.
Podríamos elegir un abordaje similar clásico o incluso abrevar en miradas –por ser minimamente elegantes- un tanto limitadas, pero preferimos salir a jugar al campo de lo no explorado. O al menos de lo no dicho masivamente. Por joder. Y la cuestión es: pareciera que no aplica hoy y aquí la famosa dicotomía  continuidad-cambio a la que se enfrenta toda sociedad a la hora de votar.
¿Y por qué decimos aquí que no es válida en estos comicios esa oposición? Por varios factores, pero preferimos priorizar estos:
–          Ninguna de las diversas fuerzas políticas opositoras existentes que puede “ofrecer” con claridad –al menos por ahora- cuál sería el “cambio” deseado. Es decir: ya hemos dicho alguna vez que la dirigencia política debe ofrecer siempre un delicado equilibrio entre una función representativa y una función pedagógica. Es decir: por un lado, ser los voceros de los reclamos de al menos un sujeto social y, por el otro, ejercer cierta “conducción” sobre esos sectores. (la dirigencia, una obviedad, se supone que “dirige gente”).
– No hay hasta este momento, a pesar de múltiples intentos de constituirlo (sobre todo por parte de los medios masivos de comunicación, lo cual no hace más que bastardear aún más a las fuerzas opositoras) una propuesta que sea capaz de catalizar tras de sí los múltiples deseos de cambio que pudieran haber en sociedades modernas y fragmentadas. Han probado, hasta ahora, con la inflación y con la seguridad sobre todo, y con algunas cuestiones supuestamente institucionales, pero no logran impregnar la necesidad de “un cambio” (Sí, lo sé. Estoy hablando otra vez del populismo a la Laclau y de la cadena equivalencial y de todo eso, pero en manos de la oposición. Sí, claro. Porque el mecanismo populista no necesariamente está siempre en manos de las fuerzas nacionales, populares y progresistas. Lo podrían usar “ellos” también). ¿Cuál es el horizonte, el objeto de deseo, que ofrece la oposición o, mejor dicho, alguna de ellas? Todas, al elegir ir detrás de la agenda impuesta por los medios en vez de generar una propia, han resignado la opción de presentarse ante la sociedad como alternativa superadora de lo existente. Suena duro, pero hasta las fuerzas políticas de tinte progresista y resabios de nacanpopismo, se han tornado – conciente o inconcientemente- expresiones de la reacción.
–          Y es aquí donde la fuerza oficialista, ahora sí, el kirchnerismo, tiene un enorme y riesgoso desafío y también una inmensa posibilidad: plantearse a sí mismos y la sociedad como la portadora de ese cambio. Una mirada oficialista conservadora legítimamente puede plantear: ¿para qué cambiar si vamos bien, si ni siquiera nos lo piden mayoritariamente la sociedad?
Para dos cosas, esbozaré como hipotética respuesta: a) para poner en entredicho la necesidad de la alternancia como condición necesaria para una buena calidad institucional y, b) para seguir construyendo una hegemonía cultural tal como inteligentemente teme Beatriz Sarlo. Para ponerlo más sencillo: ¿es el oficialismo capaz de renovarse a sí mismo e ir por más y que esa renovación sea visualizado por el pueblo como el cambio necesario?
Como toda apuesta es riesgosa, pero es un pleno que paga más que la mera chance -obvio que para nada despreciable- de la continuidad.

Acerca de Abe "Mendieta" Vitale

De chiquito, Mendieta no quería ser bombero ni policía. Soñaba con ser basurero. Ir colgado, como un superhéroe, del camión. Despúes se las ingenió para ser y hacer muchas cosas, todas más interesantes que lo que terminó siendo: un Licenciado en Comunicación, algunas veces como periodista, otras como funcionario público. Sus únicas certezas son su sufrimiento racinguista, la pasión por el mar y cierta terquedad militante. Todo el resto puede cambiar mañana. O pasado.

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59 comentarios en «La Patria, el Movimiento, los Hombres»

  1. Interesante compañero.
    Pienso que se podría reflexionar sobre dos cuestiones a partir de su idea.
    Existe un, uno solo, oficilismo? No es acaso el kirchnerismo, como fuerza política digo y no como gobienro, un conglomerado de múltiples interéses bajo la conducción antes de NK y ahora, gracias a Dios, de CFK?
    Si la respuesta es positiva, como yo creo que es, lo que deberíamos pensar es quiénes son los sujetos capaces de encarnar ese cambio dentro del cambio o profundización del modelo, como me gusta mejor pensarlo. Porque hay una gran camino trazado, de los que se trata es de seguir definiéndolo y ajustándo,no?.
    Bueno la respuesta obvia sobre los sujetos (hablo de sujetos sociales, de colectivos) que pueden encarnar la profundización recae siempre sobre la juventud. Por mito (la fuerza transformadora de la juventú), por edad, por no tener interéses inmediatos que defender, por haber surgido a la política de la mano de NK, etc, etc, etc. Entonces ahora hay que preguntarse: están listas las distintas fuerzas juveniles para asumir este desafio?
    La otra pregunta que surge es: la profundización del cambio requerirá de quien lo conduzca (CFK) y de quien lo dinamice (la juventud digamos, pero también los sindicatos porque no) la capacidad también de incorporar nuevas demandas y nuevos actores a esa dinámica del cambio.
    Y en esto me pregunto, de la mano del debate entre Siri y Tomada en 678, estamos, estarán, serán y seremos capaces de mantener abierta la cabeza y el corazón a incorporar esas demandas incomodas que nos enquilomban la agenda, que nos complican la vida, que como se dice vulgarmente, nos complican la vida, nos cagan el día, etc, etc, etc?
    Un abrazo

  2. El problema es que el cambio podría implicar torcer un camino. Por primera vez en décadas vemos un camino, un proyecto de país que necesita otras décadas para fortalecerse. En ese sentido se necesita continuidad. Pero la continuidad no debería confundirse con conservadurismo o conformismo. Planteado el camino, hay que innovar a cada paso, profundizando. Hay que seguir afianzando las cuestiones estructurales (Deuda, Anses, fortalecimiento del Estado, integracion regional, etc.) para que esos temas se vean como políticas de estado y nadie las quiera cambiar. Que los cambios tengan que ver con su profundización, con la renovación de las formas, en todo caso, pero siguiendo siempre el camino.
    abarzos

  3. Que es el cmabio? Que hay q hacer para lograr ese cambio? Como soy economista me sale enseguida mi lado conservador. El cambio es lograr que mas gente viva mejor.
    Tenemos los recursos economicos y politicos para generar mayores cambios?
    Como repeti varias veces la q viene es una «gris». Mas gestión q política. O mejor dicho, mas hechos q palabras.
    Los economistas hablamos de eficiencia, sacarle el mayor jugo a todas las reformas hechas pero aùn no implementadas al 100%. Si las cosas se hacen bien en 2013 podremos reforzar la apuesta politica.

    1. D, el propósito de mi voto por la alternancia está claramente enunciado en mi primer comentario.
      No tengo herramientas para verificar científicos reptriados y planes indisutriales, así que opto por no creerte, basado en la fiebre anunciológica que nunca se verifica en hechos, y en la manipulación de datos en nombre de la patria.
      No me culpes a mí, hacele el reclamo a los comunicólogos del modelo.

  4. El modelo populista de brisa londinense inspiradora, reclama, desde su apacible laboratorio, que la sociedad se polarice; forzando al opositor a quedar atrapado en el lugar de la reacción.
    Reclama malos muy malos, para que, por oposición, quienes encarnan el modelo, aparezcan como buenos muy buenos.
    Diatribas simplificadoras, generalizaciones, demonizaciones.
    Recursos comunicacionales que templan el ánimo de la propia tropa y logran irritar (y hacer pisar el palito) a algunos cándidos opositores.
    Pero una vez descubierto el velo, no hay mucha sustancia, y el andamiaje se percibe frágil, edificado basicamente en la figura de Cristina (insisto, si los Boy Scouts del modelo le siguen haciendo favores hay que ver si realmente se decidirá a ponerle el cuerpo a las apiraciones de una tropa ávida de Sentido y con problemas de contnencia) y en la tristísima oferta opositora, especialmente en esto último.
    Nunca tan atinado el tan peronista «es que los otros son peores»
    «Saltarse la alternancia».
    Eso me toca.
    De tanto Pareto citado en la blogósfera me gusta creer que no hay mucho más que lucha de elites desplazándose unas a otras y conformando sucesivos establishments que devienen, finalmente, en seudooligarquías.
    Así, la alternancia se me aparece como una herramienta fundamental.
    ¿Pero con estas alternativas opositoras Mensajero?
    Son las que tenemos.
    Así, como para la construcción ofiicalista, el cambalache que vamos viendo en cada armado, es la harina que hay para amasar el modelo.
    Iré con la oposición que mejor asegure lo conquistado teniendo claro que la razón de mi elección es ponerle límite a una voracidad en ascenso que está siendo bastante efectiva en la construcción de una hegemonía que no me gustaría que se cristalice.
    De todos modos, nobleza obliga, si Cristina decide presentarse, gana y muestra vocación de cambio, es justo considerar su segundo mandato exactamente así y no como tercero del Kirchnerismo.

    1. Mensajero: .- La mayor quita de deuda de la Historia . – Recuperación de los aportes de los trabajadores y disolución del negociado de las AFJPs . – Recuperación del Estado .- Retenciones . -Asignación Universal . -La mejor distribución de la riqueza desde los 80 .- Integración regional .- Ley de medios de la democracia . -Ley de matrimonio igualitario
      Si me nombrás a alguno de la oposición que haya estado a favor de TODAS esas medidas estructurales, podríamos hablar de alternancia en la «lucha de elites». Pero como, hasta el momento, todos proponen restaurar un orden anterior a todo eso, hablamos de modelos de país diferentes. Y si la vocación de cambio de Cristina no altera esas medidas estructurales, obviamente que hablaremos de un tercer mandato del kirchnerismo

      1. Mayor quita de deuda: discutble el progresismo de esta decisión.
        AFJPs: De las mejores
        Recuperación del Estado: Sí, pero no tanto, y menos como botín (son gustos)
        Retenciones: pre-kirchnerista (Duhalde, ay!)
        Asignación Universal (Carrió, triple Ayyyy!)
        Mejor distribución de la riqueza: discutible, recién a partir del minuto 40 del segundo tiempo (AUH) y a partir de datos de burócratas, desde una perspectiva callejera, no corresponde más que una humilde y algo vergonzosa sonrisa.
        Integración Regional: Si sos del palo…..
        Ley de Medios: Linda en los papeles, voraz, elitista e intolerante en la práctica.
        Ley de matrimonio igualitario: Ampliamente celebrada por vastos sectores

        De vuelta, son gustos, sigo eligiendo la alternancia.

        * Te faltó DDHH

      2. Bueno Mensajero, si se encontrara en la oposición al menos el 50% de tus respuestas tal vez entonces no vinieran a retroceder en todo. Pero ellos no aceptan ni el fin de las AFJPs, ni las retenciones (hay que pagar derechos de autor?), ni la integración regional (que relativizas, pero que no te oponés parece. Y recordemos que la Unasur incluye a Chile, Perú y Colombia, que no son del palo precisamente). Sí, me faltó reivindicar la política de DDHH, pero también la mayor participación de los trabajadores, la recuperación de las paritarias libres y el aumento de salarios y jubilaciones. También la inversión de mas del 6% del PBI en educación. No se ve a nadie de la futura «alternancia» reivindicando estas cosas o diciendo que las va a mantener.

      3. ¿Asignación Universal: Carrió?
        Me preocupo. Estoy tan hecho mierda que se me olvidó un período presidencial.
        ¿Cuándo tomó la medida Carrió? ¿Su presidencia fue entre cuál y cuál? (juro que no me acuerdo)

      4. Repatriación de científicos. Planes industriales a mediano plazo. Nuevas leyes de inmigración. Son gustos.
        Si ves una alternativa real que te parezca mejor, avisanos así podemos discutir y comparar sus propuestas, proyectos de ley, ideas, políticas, etc., porque creo que todos pensamos que es muy bonita, democrática y saludable «la alternancia» así, en abstracto, fuera de nuestra actualidad política concreta. Pero lamentablemente cuando votes, vas a tener que tener en cuenta las alternativas reales para lograr tu propósito de votar por «la alternancia».

      5. D, el propósito de mi voto por la alternancia está claramente enunciado en mi primer comentario.
        No tengo herramientas para verificar científicos reptriados y planes indisutriales, así que opto por no creerte, basado en la fiebre anunciológica que nunca se verifica en hechos, y en la manipulación de datos en nombre de la patria.
        No me culpes a mí, hacele el reclamo a los comunicólogos del modelo.

        (te había respondido por error más arriba)

      1. Gente, yo estoy convencido de mi posición.
        No necesito renovar mi fe recapitulando para estar seguro.
        Se ve que algo de lo que dije algún ruidito les hizo.
        En definitiva, no somos tan diferentes.
        Basicamente por eso, no compro la polarización estratégica.

      2. Es que si le vas a atribuir méritos por un Plan de gobierno a quien dijo que hacía falta y no a quien lo llevó adelante, entonces me preparo para reclamar unos cuantos méritos por un montón de cosas que se me ocurrieron a mí antes de ser tomadas por el Estado. Enumerar las medidas de gobierno y relativizar el mérito del gobierno por la AUH, porque antes la mencionó Carrió es un disparate, mensajero. Si ese es tu criterio tachá todo; porque todo se le ocurrió antes a alguien. Lo único (!?) que hizo el gobierno fue hacerlo efectivo. Una bobera, un dato menor.

    2. Ale, se ve que no soy bueno explicándome.
      Yo no planteé esa enumeración, simplemente respondí a esto:
      «Si me nombrás a alguno de la oposición que haya estado a favor de TODAS esas medidas estructurales, podríamos hablar de alternancia…»
      Así, no relativizo la AUH porque fuese antes MKT de Carrió.
      La única crítica que le hice en su momento fue a la deficiencia en su implementación (cerca de 60% en un año), o sea, no a la medida sino a la burocracia pedorra a cargo de su ejecución.
      Leo muchos de los post que acá se publican en silencio, tratando de nutrirme de la diferencia, rara vez comento. Lo hago cuando algo me hace mucho ruido.
      En este caso, dos temas que plantea Mendieta, hegemonía y polarización (populismo Laclau); o mejor, polarización para la hegemonía.
      No avalo que cualquier pelotudez que no compartas te convierta en enemigo, colaboracionista o pelotudo.
      Hay mucho ego, mucha sobrevalorización celebrada como desvalorización de la diferencia.

    3. Me encantaría que haya una oposición que asegure lo conquistado, pero probablemente no la haya. No estoy de acuerdo con lo que decís, pero no está tan mal.

      Lo único por ahora que me parece medio flojo es el tema de volver oootra vez sobre la corrupción de autoridades y dirigentes. No la defiendo ni mucho menos, pero no creo que hay sido tan importante a la hora de destruir un país ni de recomponerlo. Hay que tratar de romper ese mito blanco.

      1. ¿Mito blanco? Dejate de joder! Eso que vos llamás «mito blanco» es lo que justifica la casta de hijos de puta que tenemos gobernándonos en democracia, en partidos des-ideologizados, dado que mientras corra la billetera, todo vale. Esa mentalidad conchuda la aprenden desde los centros de estudiantes de las instituciones educativas públicas. Hay que tratar de ir al punto en donde el que represente viva lo más parecido posible al representado. El Pepe Mujica es un ejemplo en eso. Conceptos como el que vos acá largás a rodar son peligrosísimos. Además, pensalo dos minutos, ¡cómo alguien que se dedica a afanar en grandes cantidades a su vez va a cuidar «grandes conquistas sociales»! Es un absurdo. A Jaime y a la burocracia sindical, para empezar, hay que darles con un caño. Ya viste que ellos no tienen ningún problema en ir a cagar a palos a un pibe que se le ocurra manifestarse en otra dirección dentro de sus reinos, tal como ocurrió con Ferreyra. Esa misma gente nunca se puede preocupar para que los laburantes tengan trenes dignos, cómodos y baratos. Para empezar, no entienden del tema; para seguir, son unos hijos de puta de alma.

        Saludos

      2. Por supuesto que hay que combatir a la burocracia y a la corrupción. Pero tomar el combate a la corrupción como tema central de la política nacional puede tapar otras cosas más importantes.

        En los ´90 se extendió la creencia de que nuestro país se venía abajo por la corrupción de las autoridades, lo cual en parte era cierto. Pero lo que era COMPLETAMENTE cierto, mucho más que eso, era que nuestro país se empobrecía por la propia naturaleza del neoliberalismo, no por su aplicación corrupta.

        Che, no me putees tanto!

  5. El tema es que, ahora, cuando hace 8 años que sos gobierno, y cuándo ya no se incendia el país, tenés que ir a buscar las demandas, no aparecen solas como en el 2001.
    O sea, estado, estado y estado, gestión, gestión y gestión, y política, política, política.

      1. Creo que la misma gestión vuelve visibles demandas que estaban tapadas. Ley de Identidad de Género, despenalización de la marihuana, despenalización del aborto, software libre, medio ambiente, etcétera.

        Miren si no hay para hacer!

    1. Transporte y radarización. Algo que había prometido fuerte Nestor antaño, y que por la falta de gestión en esos lares, Anibal Fernandez minimizó y/o relativizó de manera vergonzosa.
      Para ser un poquitito mas soberanos, digo.

  6. Y una escuelita de Estado. Y un Estado que garpe más, y más en blanco. Que no te garpe las cincuenta lucas del privado. Pero que garpe treinta con estabilidad.

  7. Cosa 1: Inédito? Que yo sepa el radicalismo «pegó» tres presidencias consecutivas y 14 años de gobierno (y no me vengan con «Alvear no era Yrigoyen»). Pasa que aquello culminó con el primer golpe de Estado. Lo inédito no sería empezar un tercer mandato sino culminarlo. Y creo que si CFK lo empieza, lo termina, pero hablemos de lo inédito en 4 años, no ahora.
    Cosa 2: Creo que se trata como de la Concertación Chilena que «nos ganen» el día en el cual la oposición baje las banderas. No que deje de competir por el poder, sino el día que los opositores dejen de ser pinochetistas. Hoy el sueño húmedo de los JMSs es que Scioli pase del otro lado del «muro de Berlín» para recrear la coalición menemista. El día que esto sea imposible y que una escisión de la coalición K no implique esta claudicación se habrá ganado la «batalla cultural». Ojalá. Y espero que pronto los Alfonsinitos, los Binners, los Solanas sigan el camino de Sabatella (en el sentido de entender cual es el clivaje central, no en el sentido de adherir o no a una candidatura presidencial). Y si entonces el oficialismo pierde uno dormirá tranquilo sabiendo que el ganador es una opción superadora y no la enésima «restauración del orden» y el enésimo zig-zag de la Argentina.

  8. «Es la economía, estúpido.» Es la frase que explica todo.

    El gobierno no me resulta menos incoherente que la oposición, pero cuando el bolsillo esta lleno, la gente tiende a perdonar todos lo pecados. A pesar de que Alfonsín tuvo la virtud de ser la figura mas integradora como presidente que tuvimos en los últimos años, se tuvo que ir con la cola entre las patas por los problemas económicos. Después del segundo gobierno de Menem hubo un consenso en las propuestas electorales de mantener el “modelo del 1 a 1” como supuesta clave del éxito.

    La paradoja es que, amparado por un contexto externo favorable, el gobierno se pueda dar el lujo de no tener ninguna política económica, mas allá del efecto positivo que tiene sobre la conyuntura la política de redistribución del ingreso.

  9. Es el hegemonismo, estúpido!

    El autor de la nota no percibe que ya se ha consumado el efecto negativo de la falta de alternancia. Uno de ellos se verifica claramente en las dificultades de la oposición. y aún de propio oficialismo, cuya calidad partidaria dista de ser democrática y renovadora. El kirchnerismo ha abandonado completamente la idea de constituir un partido, para ser una simple facción verticalista y autoritaria.

    Aunque claro, no es un pecado que haya cometido el kirchnerismo en exclusividad, y parece evidente que algún sector de la oposición política no lo comete simplemente porque no puede.

    Por eso sorprende que el autor exprese también que un desafío para el kirchnerismo es «poner en entredicho la necesidad de la alternancia como condición necesaria para una buena calidad institucional». Creo que hay que se muy poco más que un principiante para saber de la nocividad de todo proceso hegemónico, basado en personalismos providenciales.

    Los efectos nocivos ya están. A ello hay que sumar la multitud de problemas de gestión, en algunos casos inauditos. La grave situación social y económica de un sector muy importante de la sociedad sumida en una pobreza cuidadosa y mendazmente ocultada. Un gobierno que no acata fallos judiciales y de un modo u otro persigue opositores (empleando incluso la ex – SIDE para ello) y a la prensa. Que esmerila cuidadosamente todo sistema republicano de control. Que destruye la enorme posibilidad económica al provocar la fuga de más de 70.000 millones de USD en sólo pocos años, carece de conocimiento en temas específicos, como en seguridad y en economía, materia en que cada vez más se primariza la “matriz productiva”, miente sistemáticamente en relación a la información pública, carece de planes estratégicos, actúa dividiendo a la sociedad, etc. Y además, asiste a los estertores de un “modelo” que hace agua, y provocará medianía ú otras crisis completamente evitables.

    Sin embargo, el autor olvida que aunque fragmentada, casi la mitad de la población no está de acuerdo con un gobierno cuasi monárquico que se había propuesto mantenerse –por las buenas- hasta el 2020 (SIC), plan que ha encontrado un escollo, no completamente insalvable, en el inesperado fallecimiento de Néstor Kirchner.

    ¿No resulta reprochable –por no decir repugnante- el párrafo “…el mecanismo populista no necesariamente está siempre en manos de las fuerzas nacionales, populares y progresistas. Lo podrían usar “ellos” [la oposición] también)”?

    ¿Es que quienes no son votantes del kirchnerismo son antinacionales y antipopulares?

    Ya está el efecto nocivo de la ausencia de alternancia, que también ha afectado al propio electorado.

    Y para ocultar una verdad tan sencilla, hay demasiados argumentos vanos (o interesados) dando vuelta. Seamos más inteligentes y mucho más prácticos:

    ¡Es el hegemonismo, estúpido!

    Por último, ¿Porqué los autores utilizan seudónimo? Algunos consignan sus nombres, pero no todos. Doy una teoría: en algunos casos los escribientes forman parte de la masa de militantes idealistas que reciben jugosísimos sueldos por su altruismo.

    Saludos.

    1. Cardoso: demasiado largo para no entender nada. El concepto de «populismo» que aquí manejamos es del teórico Laclau. Tu abordaje, que por supuesto entiendo, es el que se maneja en la revista Gente. Y con respecto a la hegemonía -que seguramente para vos es unamala palabra- yo uso a Gramsci. Y para mí es un concepto necesario, constitutivo e imprescindible a la hora de ejercer el poder. Cualquier poder. Sea de izquierda, de derecha o de centro. La discusión, precisamente, es cómo forjar una hegemonía desde tu propio campo político.
      Voy a evitar calificar tus adjetivos. Pero solo te diré esto: gano muchísima guita, que me pagan con tus impuestos. Y uso seudónimo para horrorizar a giles como vos. Eso sí: te recomiendo que antes de abrir la boca uses una cosa que se llama Google. Ahí tenés mi nombre real.

    2. Decis al principio «El kirchnerismo ha abandonado completamente la idea de constituir un partido, para ser una simple facción verticalista y autoritaria.»

      Evidentemente no tenes la menor idea de como se esta coonstruyendo militancia de base en el kirchnerismo. Y no tenes idea porque cerras los ojos para no ver, porque se cae de maduro y es obvio para cualquiera que mire el proceso de construccion de identidad que ha comenzado y va ser imparable.
      Despues de esa «negacion basica», toda tu palabreria es una construccion utopica cimentada en aire, que tambien, se cae solita y a pedazos sin resistir el menor analisis.

      Sacate las anteojeras y empeza a mirar la realidad, sin confundirla con tus deseos y/o prejuicios. Sino en octubre cuando la presidenta sea reelecta vas a sufrir mucho, porque te vas a pegar un porrazo de frente con esa realidad que hoy te empeñas en negar.

    3. A mi me dicen ‘Ruso’ y a veces me laman de otras formas… incluso me dicen estúpido. Pero quienes me conocen sabe quién soy y cómo me llaman. Pero muchos me llaman Ruso. A nadie le importa.
      Igual que a Mendieta, salvando las distancias.
      Me parece que usted no entiende el código, pero lo puede aprender eh!
      Ese es un debate viejo, ya saldado a mi gusto y que por pudor seguramente Mendieta no le insiste. Googléelo en este mismo blog y encontrará sus respuestas don Alejandro María Cardoso, si los nombres le parecen tan importantes. Pero no para saber nombres, para aprender.
      Atte. Ruso
      PD informativa: no todo el mundo se puede permitir que cuando se googlea su nombre apareza el paper publicado en un congreso internacional y un libro publicado al lado de un comentario pedorro dicho a la rápida en un blog. No es mi caso, que no soy nadie. Pero eso no es ‘ocultamiento de identidad’, al que le parece importante lo ve en los datos anexos de bloguer, que remiten a la página de Mendieta y a sus datos personales. Espero haberle sido útil

      1. Ladislao, entiendo eso respecto de comentarios «pedorros», no en relación a artículos, y menos a series de artículos o incluso a sitios. Sobre todo si esos sitios hacen defensas sistemáticas de una posición asumiendo un interés partidario sin decirlo. En estos casos es mucho más importante conocer desde dónde se argumenta. Y ahí la identidad es importante. Y no es cierto que la información se encuentre siempre en los blogs. Sólo en algunos casos. De cualquier forma, tuve el inmerecido gesto de Mendieta, que valoro mucho valoro, quien se comunicó conmigo a través de un mail. Muchas gracias Mendieta.

    4. Si hay algo que NO caracteriza a la construcción del kirchnerismo es ser verticalista. No es que esté en desacuerdo. Es que no es así.

  10. Me parece interesante el planteo del post. En lo personal pienso que la tan mentada alternancia es meramente un reconocimiento cultural de la limitación republicana.

    Insisto: la alternancia como necesariedad es reconocer que no tenemos una república eficiente con los controles adecuados.

    Me explico: si los controles republicanos funcionan no hay posibilidad de abuso de poder por parte de quien encabeza el ejecutivo y consecuentemente nada debería evitar que sea reelecto. No creo que haya esa limitación republicana en tal grado. Incluso en los regímenes parlamentarios no hay tal limitación en muchos casos, ¿por qué será?

    Claro que no creo conveniente el debate ahora, ni cuando uno va ganando, ni cuando va perdiendo. Quien tire ese debate al ágora debe estar fuera de cualquier pretensión personal o sectorial. Difícil. No me hago los rulos. Sobre todo porque tengo pelada y el resto es corto.

    En cuanto a la posibilidad de cambio como profundización, lo creo hasta necesario. EL caso contrario es la inmovilidad, el statusquismo, por decirlo de alguna manera, y nunca es positivo ‘sólo’ mantener las cosas.

    Saludos

    1. Las alternancias y la imposibilidad de perpetuación SON parte de los controles republicanos eficientes. No se suplantan unos con otros, sino que se complementan y perfeccionan. Tal como usted dice, nunca es positivo «solo» mantener las cosas. La democracias republicana son perfectibles. Y éste es un punto demasiado importante para ser dejado de lado, desde mi perspectiva. Es verdad que los momentos definen posibilidades. Sin embargo, creo que éste sería un momento excelente: la presidente muy probablemente renueve su mandato, y estará fuera de su perspectiva inmediata otra re-elección. Como comentario general,(no es su caso, Ladislao) resulta divertido ver la «construcción del relato» que muchos ejercitan sobre mi persona. ¿Necesitan realmente crear un monstruo para deliberar, de modo de invalidad ad-hominem mis afirmaciones? No es en absoluto necesario, les aseguro. Saludos.

    1. como opositor estoy de acuerdo. Es más lo haría para cualquier mandatario ¿poruqe no le podemos exigir a Macri, a Gioja o un Scioli?

  11. El desafió para mi es poder demostrar hasta el ultimo momento de este año lo que es gobernar. Creo que no lo necesita y que ya lo demostró pero las dudas que surgen a ultimo momento por las campañas publicitarias y demás pueden ser anuladas con una buena decisión que estoy seguro es el as bajo la manga del gobierno.

  12. Efectivamente, la alternancia contra el hegemonismo es un vocabulario teórico liberal. Su mejor exponente es Sartori. Y es un discurso completamente respetable, con la condición de que lo tomemos en serio y no lo usemos a la manera de Van der Kooy. Porque en ese mismo lenguaje se dice que el hegemonismo no consiste en que un partido gane muchas elecciones seguidas sino que tenga asegurado (por fraude, por violencia o lo que sea) ese triunfo. Es la diferencia entre «partido dominante» y «partido hegemónico». Hasta acá el sartorianismo. Pero claramente Mendieta usa las palabras en otro registro. El de Gramsci y el de Laclau. Y, en ese sentido, el cristino-kirchnerismo es claramente prohegemonista. Y lo ilustra esta misma discusión: cuando aparezca alguien que nos asegure que todo lo avanzado (desde nuestro punto de vista, no el de Clarín) se mantiene, entonces podemos querer ese cambio. Mientras tanto, que la alternancia la defiendan los que quieren «alternar», o sea mojar la vainilla.
    Lo más curioso de las formas de discutir del tal Cardozo es su esquizofrenia nominativa. El hombre se desespera porque Mendieta no usa su nombre y su apellido. Tres posts después se horroriza porque se le quiere discutir «ad hominem» a él. Yo, al argumento ad hominem lo uso cuando alguien me está inclinando la cancha y no sé cómo pararlo. Para discutir con los argumentos de María Laura Santillán no me hace falta.

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