Neustadt vive (en el alma de la dependencia)

Aclaración: Algunos creemos que el tema de la Reforma a la Ley Previsional es, hoy por hoy, un tema central y estratégico con respecto al futuro cercano de la política argentina. Se juega mucho más que la citada reforma previsional próxima a ser tratada en el Parlamento. Y así lo entienden, principalmente, aquellos que salieron en malón a oponerse al proyecto del oficialismo. Por esto, y por las repercusiones que tuvo el post de ayer, vamos a hacer algo que no acostumbramos en Artepolítica: hoy se repite el autor. Esta vez Gerardo Gentile sale con un post acompañado por José Luis Di Lorenzo, otro reconocido experto previsionalista de nuestro país. Se calentaron los muchachos. Esperamos que sirva para seguir abriendo el debate. Gracias. Mendieta el Renegau.

¿A quién defienden los Macri, los Lavagna, los multimedios al apelar al video editado de un discurso de Perón, que Bernardo Neustad propalara en su por entonces ya depreciado programa de cable?

¿Qué pretenden decir?

¿Que Perón avala que los Bancos le roben la plata a los trabajadores y los jubilados?

¿Qué las AFJP son una organización libre del pueblo?

¿Qué donde hay una necesidad hay un negocio?

En el video que se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=hnkfhX8n1H8&eurl

y en Todo Noticias también, Perón dice:

«Que cuando creó el Sistema de Seguridad Social, en 1944 y desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social) “no quisimos hacer un sistema previsional del Estado”.

¡Hablen en serio! ¡Digan la verdad! se trata del ideario que Perón hizo y propuso, el de la COMUNIDAD ORGANIZADA.

De lo que se trata es de lo que alguna vez fue: que los recursos de los jubilados estén a cargo de un organismo público no estatal administrado por sus interesados (“entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado” según sigue diciendo el art. 14 bis de la Constitución Nacional, aunque las AFJP lo violaran)

En el mismo video Perón nos cuenta qué pasó después de que él creara el sistema previsional en Argentina. En 1956, dice, el estado echó mano a los capitales acumulados por las cajas y las descapitalizó. Por un decreto secreto se transfirieron 65.000 millones que eran de los jubilados.

Dos precisiones:

1) El sistema argentino nació en 1944 como de capitalización y así duró hasta 1954.

2) Es la usurpación del poder de 1955 la que invierte lo social por los negocios, lo pueblo céntrico por lo mercado céntrico y se apropia de los recursos de los jubilados entre miles de otras tropelías morales,

Capitalización o reparto son modos instrumentales, lo que no es instrumental es el nuevo robo que también se inicia en el golpe militar de 1976, primero embozado y luego a cara descubierta.

Martínez de Hoz trampea el índice de remuneraciones para robarle su haber a los jubilados, lo que se lamentablemente continuó en la democracia formalmente recuperada en 1983.

A moneda constante, el gobierno de facto (Videla, Masera y Agosti) les quitó $ 17.055 millones. En democracia, el gobierno de Alfonsín $ 28.007 millones y el de Menem $ 43.843 millones. Es decir que desde 1977 a 1995 se desvió para otros fines un total de $ 88.905 millones que correspondían al bolsillo de los jubilados.

¡Que nadie se haga el distraído!

El gobierno militar endeudo a la Argentina y dio en garantía el patrimonio de todos para consolidar el sometimiento al imperialismo mundial del dinero. Recuperada la democracia el Gobierno del Afonsin firmo el Memorando de Entendimiento con el FMI que por su artículo 19 comprometió al Estado Argentino a hacer un ajuste estructural del sistema previsional. En el gobierno de Menem se impulsó y aprobó la ley de creación de las AFJP cuyos fundamentos eran casi copiados de los fundamentos de los decretos de emergencia previsional de Alfonsín.

Los bancos, que estas campañas de bajo vuelo defienden, son los mismos que se quedaron con los depósitos en dólares de los argentinos, que arrojan una pérdida del orden del 60% del capital que le confiaron los afiliados a las AFJP, que compraron títulos en default de la Argentina a sabiendas, porque De la Rúa y Cavallo les facilitaron incorporen dos millones y medio de nuevos clientes bajando el aporte personal del 11% al 5%, los que siempre han privilegiado su interés personal al de sus “clientes”

¡Son los mismos bancos que acaban de estafar a los norteamericanos y a lo europeos y que encima son “salvados” con la plata (por ahora) de los contribuyentes de esos países!

Nuevamente, ¡hablen en serio!, ¡sáquense la careta! Perón es liberación, ustedes aunque se escuden en un amañado video son el sometimiento y la dependencia.

Gerardo G. Gentile José Luis Di Lorenzo (dilorenzo.jl@gmail.com)

Acerca de Abe "Mendieta" Vitale

De chiquito, Mendieta no quería ser bombero ni policía. Soñaba con ser basurero. Ir colgado, como un superhéroe, del camión. Despúes se las ingenió para ser y hacer muchas cosas, todas más interesantes que lo que terminó siendo: un Licenciado en Comunicación, algunas veces como periodista, otras como funcionario público. Sus únicas certezas son su sufrimiento racinguista, la pasión por el mar y cierta terquedad militante. Todo el resto puede cambiar mañana. O pasado.

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24 comentarios en «Neustadt vive (en el alma de la dependencia)»

  1. Una pequeña disgresiòn: las bolsas europeas y asiàticas estàn cayendo màs del 6 %, en este momento. Un record negativo sobreimpreso sobre tendencias que ya lo eran tambièn.
    En ese rango, las caìdas alemanas o francesas y aùn las de Japòn o COrea, superan las de ESPAÑA que en tèrminos muy relativos, aparece dentro de ese cuadro como un poco menos afectada.
    Que van a decir ahora los comunicadores que inventaron la insostenible teorìa de que la decisiòn sobre las AFJP influìa en los mercados bursàtiles ibèricos ??
    Van a hacer lo que hacìa NEUSTADT. Si se puede seguir embarrando la cancha adelante y sino, nunca se dijo nada.

  2. MENDIETA, CREO QUE COMPARTIMOS TUS «ÚNICAS CERTEZAS» CON UN TERCERO QUE SE NOS RAJÓ HACE POCO, NICOLÁS CASULLO.
    TE FELICITO POR EL POST Y LA CALIDAD DE LA INFORMACIÓN PERO TENGO UNA DUDA, ¿YA QUE COMENZARON LAS OPERACIONES CONTRA EL PROYECTO JUBILATORIO OFICIAL, COMO PODRÍAMOS HACER PARA SALIR A RESPONDER, A NIVEL MASIVO, CADA UNA DE ESTAS DIATRIBAS HISTÓRICAS PARA QUE NO ENGAÑEN NI CONFUNDAN A LOS SECTORES NACIONALES Y POPULARES?
    UN ABRAZO PERONISTA
    RUBEN

  3. «Martínez de Hoz trampea el índice de remuneraciones para robarle su haber a los jubilados, lo que se lamentablemente continuó en la democracia formalmente recuperada en 1983.

    A moneda constante, el gobierno de facto (Videla, Masera y Agosti) les quitó $ 17.055 millones. En democracia, el gobierno de Alfonsín $ 28.007 millones y el de Menem $ 43.843 millones. Es decir que desde 1977 a 1995 se desvió para otros fines un total de $ 88.905 millones que correspondían al bolsillo de los jubilados.»

    Con lo cual queda en evidencia que el sistema estatal de reparto no esta exento de desastres. De hecho, argumentos como estos son los que justificaron en su momento la creacion de las AFJP. Evitar que el Estado robe el dinero a los jubilados.
    Por eso sigo insistiendo que no es tan importante QUIEN (Estado o Privado) maneja las jubilaciones, sino COMO las manejan.
    El proyecto de Cristina solo se concentra en el QUIEN, que es lo menos importante.

  4. la unica preocupacion para aquellos que no creemos que estado=caca, es que realmente se separe lo publico de lo estatal, no usen los fondos como usaron toda la guita del estado como se les cantaba durante estos 6 años.

    no se que tendra que ver Neustadt

  5. El síntoma de lo precario del nivel de la discusión política en este país es que aún hoy se tenga que nombrar tanto a Perón, que si Perón dijo esto o si Perón dijo lo otro, casi como si fuera una interpretación del oráculo de Delfos el cual contiene las respuestas y soluciones a nuestros problemas.

    Para mí es claro que este dinero debe administrarlo el estado. También es claro cómo los PRO-mercado harán lo que sea para poder mantener el control de ese inmenso capital. Es claro que el gobierno actual necesita financiación y esta medida, aunque algunos quieran hacerla ver como una decisión estratégica e ideológica, es un manotazo de ahogado al cual le quieren dar un tinte épico para que algunos sigan aplaudiendo desde la tribuna y conserven aún algunos argumentos para sustentar una lucha que cada vez se hace más despareja.

    Lo importante ahora será ver cómo el gobierno convence a los argentinos de que ese dinero estará protegido por el estado, lo que significa que no estará a disposición de los caprichos del gobierno de turno. Si gobierno tras gobierno siempre piden superpoderes por alguna emergencia económica, real o ficticia, entonces cómo nos convencen de que cualquier gobierno no vendrá a borrar lo que hoy se escriba para hacer uso de esos fondos para alguna campaña electoral?

    Veo a la oposición en una terca actitud de rechazar un proyecto sólo porque viene de los K, y veo a los oficialistas en una irresponsable actitud de defender esto sin el más mínimo reparo por cómo se dio el proyecto y cómo continuará después. En definitiva, todo esto me parece una muestra más del candombe político argentino, en el que más allá de las buenas o malas intenciones, o de las buena o malas ideas, todos es hecho mal y a las apuradas, sin las medidas adecuadas que minimicen el conflicto entre sectores que todo esto genera.

    Y cómo también dijeron acá, hacía falta nombrar a Neustad?

  6. Hablando de dineros públicos, nunca se pusieron a pensar como estos liberales argentos tan pro mercado como Marianito y Bernardito no tuvieron pruritos en cobrar sueldo del «malo Estado» durante toda la Prescindencia del Alfonso. Hoy repite el mismo esquema Josécito Benegas, alias «diario Convicción».

    Sáquensé la careta muchachos

  7. Aunque la estatización tuviera que ver con tener sólida la caja por si es necesario para usar en lo que sea necesario en el futuro (no veo por qué siempre hablan de pagar la deuda, ¿acaso no se necesita dinero para otras cosas, sueldos, obras públicas, etc?), no entiendo por qué hablan de «manotazo de ahogado», recién lo hizo JK, pero es una frase común, cuando este gobierno es el único en años que tiene superávit fiscal constantemente, en todo caso hablen de un gobierno «demasiado previsor» o que tiene «obsesión por tener reservas», pero ¿manotazo de ahogado? ¿con 47.000 millones de dolares en el central y superávit gemelos? Puedo entender que algunos adjudiquen la medida a una reacción por el posible impacto de la crisis internacional, pero de ninguna manera se puede ver como algo «desesperado», en todo caso, si tuvieran razón, es un modo de anticiparse muy precavidamente a lo que pueda venir.

  8. creo que mi opinion sobre el tema la expreso Zloto en la era del blog.

    si, ya se, es progresismo blanco, de un «vendido al grupo clarin»,izquierda caviar,etc

  9. Me hubiera gustado que en canal 13 hubieran circulado videos de Peron o de eva peron, dando sus opiniones sobre la sociedad rural o sobre la oligarquia nacional.

    eSTAN GENERANDO VIOLENCIA, YO ESTOY RE CALIENTE, SUEÑO CON CRUZARMELO A CARNOTA Y ROMPERLE LA BOCA!

  10. Boya,

    ¿De un beso?

    Pepe, no transpirés, reivindiquemos nuestra común alegría por la liquidación de las AFJP. La letra chica se ve después. AH, y eso del caviar se lo contesté al alguien más abajo pero nuna llegó a responderme

  11. Perón da otra lección: Caja de jubilaciones controlada por el estado y dirigida por sus beneficiarios directos.
    Nada tiene que ver con las afjp, un negocio impresionante para los bancos.
    Por otra parte, siempre que alguién se rasga las vestiduras, sabemos que son los que no se quieren perder algún negocio o están medio locos: Mauricio, Lilita y compañia.
    Por eso, «Mi general, cuanto vales!!!»

  12. No me parece que se a lo mismo «quien lo administre» para concentrarse en el como» Si lo administran las AFJP está claro que lo convierten en un negocio impresionante que no ha dejado de quitarla dinero a sus afiliados con comisiones increíbles (en un sentido el Estado te lo administra gratis). Lo que no quiere decir, que es lo que aclaraba Perón, que se autorice al Estado a usar los fondos para tapar agujeros. Pero lo dijo Mendieta y también el Escriba: está en juego mucho, ano dormirse, la UCR no lo quiere votar, Lozano pone un millón de peros… creo que si no sale está vez si se lo hiere de muerte al gobierno. (y diría a lago mas importante que el gobierno, la orientación de política económico no mercado céntrica)

  13. La oposición solicita que los fondos traspasados al Estado sean intangibles, y dice Sebatiá Primuci en el Pág 12 de hoy: » ¿y entonces qué, la guardamos en una caja de zapatos para que pierda valor?» Tal vez por acá va el debate que nos merecemos, para acordar cómo proteger esos fondos, din mantenelos inactivos…
    No obstante los datos aportados por todos Uds, el Estado es y ha sido la garantía de jubilación ¿acaso podremos confiar menos en el Estado que en los Bancos y las financieras? Está demostrado que el mercado no ha podido asegurar el ahorro de los trabajadores.
    Sin embargo, desde el año pasado, el Estado contribuye con 4 mil millones de pesos del sistema público para que los 450 mil jubilados privados puedan tener la posibilidad de la jubilación mínima, que son 690 pesos. De otra forma estarían cobrando 180 o 200 pesos.
    Ojo!!! Que el Estado somos todos!!! (diría Bush que los plomeros y carpinteros han estado poniendo $$$ para pagarles a los jubilados que tendría que pagarles la AFJP)
    Los saludo!!!

  14. En el prog de Majul acaba de confesar Mauricio q le estaba pidiendo a las afjp guita x q no le alcanza, de ahi provenian los 1.500 x los q tanto llorisqueaba , jajajaj me encanta !!!!!!!!!!

  15. Excelente artículo. Ya mismo salió como reenvío a muchos que deben leerlo. Lo más triste de todo esto es que nos enfrentamos a una realidad tan cruda como saber que un altísimo porcentaje de la gente se queda con lo que oye en el noticiero del mediodía. Es lamentable nuestra situación con respecto al «ciudadano medio». Incluso da un poco de miedo…
    Saludos.

  16. Pingback: chiflame.net
  17. Que pasa con todos los afiliados que querían seguir aportando a las AFJP ?

    Ahh, claro, siguen con las máximas peronistas: al enemigo, ni justicia !

    Dan risa mensajes como el de ese que dice que el gobierno no necesita guita porque tiene reservas en el central y no pasa nada. Se olvida ese señor de que el gobierno mantiene los indices de inflación en niveles ridiculos porque si el CERT fuera ajustado de acuerdo a la inflación real, la guita de las reservas no alcanzaría ni para comerse los mocos y estariamos nuevamente en default ? Naaa, no creo que se olvide.

    La realidad es que no es tan cierto que el BCRA tenga reservas por U$S 47.000 millones. Cuando el gobierno alardea de sus reservas parece haberse olvidado que Fray Lucas Pacciolo inventó, por el 1450, la partida doble, que nos dice que en los balances hay un activo, un pasivo y un patrimonio neto. Cuando nos dicen que el BCRA tiene U$S 47.000 millones de reservas se olvidan de contarnos qué tiene en el pasivo. Y en el pasivo tiene, además de la base monetaria, Lebacs, Nobacs y pases pasivos por un monto equivalente a los U$S 20.000 millones, pasivos de corto plazo emitidos para restringir parte de la liquidez generada por el BCRA para adquirir reservas. Dicho en otras palabras, hay, aproximadamente, unos U$S 20.000 millones de reservas compradas contra deuda. En definitiva, otro ejemplo sobre cómo pueden usarse las estadísticas en forma poco transparente.

    Sobre las jubilaciones, tampoco es todo cierto lo que se dice aqui. Repasemos la historia

    Los seguros sociales se establecieron en Argentina durante 1904 con la ley 4.349 que creó la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Empleados Públicos. Luego, le siguieron la creación de Cajas Jubilatorias por gremios, basadas en cálculos actuariales.

    En 1915, la Caja de Maquinistas de la Fraternidad (Ley 9.653); en 1918, la Caja del Personal Ferroviario (Ley 10.690); a continuación, en 1921, la Caja de Servicios Públicos (Ley 11.110); en 1923, la Caja de Bancarios y Empleados del Seguro (Ley 11.232); en 1928, la caja para Empleados del Comercio e Industria (Ley 11.289); en 1939, la caja de Periodistas y Personal Gráfico (Ley 12.581) y la Caja del Personal de la Marina Mercante (Ley 12.612).

    Estas Cajas Gremiales eran autónomas. Estaban organizadas mediante rigurosos cálculos financieros efectuados por una pléyade de actuarios que establecieron un sistema de imposiciones mensuales, por período vencido, colocadas a una tasa de interés compuesto.

    Con esas imposiciones mensuales constituían un fondo para atender las rentas vitalicias diferidas que los afiliados iban a percibir a partir del momento de su jubilación hasta su muerte, la del cónyuge o del hijo incapacitado.

    Los cálculos financieros tenían en cuenta las expectativas de vida y utilizaban tablas de mortalidad y conmutación a distintas tasas anuales. Fueron realizadas por ilustres actuarios: José González Galé, Argentino Acerboni, Filadelfo Insolera y Giorgio Mortara, maestros actuariales que proporcionaron las bases científicas de estas cajas verdaderamente inconmovibles. Sus libros de texto mantienen una sorprendente actualidad y podrían servir perfectamente hoy en día para hacer las cosas bien.

    2. El sistema de reparto

    Con el surgimiento de la “Nueva Argentina” ideada por Juan Domingo Perón, de un plumazo se tiró abajo el sistema basado en el cálculo actuarial. Mediante los decretos 31.665/44 y 12.937/46 se dispuso la generalización de los seguros sociales a través de un pozo común y se crearon las Cajas de Empleados de Comercio, del Personal de la Industria, de Trabajadores Rurales, de Profesionales y Trabajadores Independientes y de Empresarios.

    El proceso de estatización peronista sustituyó el sistema actuarial de las viejas Cajas Gremiales por el sistema de reparto, copiando un ingenioso procedimiento ideado después de la Segunda Guerra Mundial por el actuario alemán Wilfred Schreiber.

    Como en Alemania estaban destruidas las empresas industriales y los comercios estaban hechos añicos, arrasados los archivos y desaparecida toda clase de documentación, no había manera de recuperar datos del viejo sistema actuarial de jubilaciones. Entonces, a Wilfred Schreiber se le ocurrió organizar –temporariamente- las jubilaciones como un pacto entre la generación joven y los ancianos, de manera que los primeros se hicieran cargo de la pensión de los segundos con la esperanza de recibir el mismo trato cuando hubieran envejecido. Contó para ello con la colaboración de un grupo de economistas y filósofos comprometidos con la Economía Social de Mercado: Hans Achinger, Joseph Höffner, Hans Muthesius y Ludwig Neundörfer, el segundo de los cuales era arzobispo de Colonia, (Neuordnung der sozialen Leistunge, Bonn 1946).

    La idea del reparto -básicamente transitoria- fue plagiada por el primer gobierno peronista de 1946, aunque se respetó la tradición de documentar los aportes individuales para que no cayeran en el pozo ciego de la gran piñata social.

    De manera que los trabajadores recibían una libreta jubilatoria individual en la que el empleador pegaba todos los meses una estampilla con el importe aportado. Cuando se completaban los casilleros, la libreta simplemente se presentaba en la caja pertinente y el trabajador recibía el beneficio jubilatorio.

    Mientras millones de cotizantes depositaban sus aportes y los jubilados eran pocos, sobraba dinero. De allí el gobierno peronista comenzó a utilizarlo para pagar los despilfarros del presupuesto. A partir de la crisis de 1952, Juan Perón se encontró entre la espada y la pared. Echó mano de los fondos jubilatorios y los reemplazó por obligaciones previsionales a perpetuidad con tasas de interés más bajas que la inflación. El llamado “empapelamiento” de las cajas llegó a u$s 1.500 millones de ese entonces.

    Quince años más tarde, el gobierno militar de Juan Carlos Onganía hizo lo mismo desde el ministerio de bienestar social de Roberto Petracca: entregó las obras sociales a los sindicatos, concentró a los jubilados en el Pami y volvió a meter la mano en las cajas jubilatorias contra entrega de nuevos títulos sin respaldo. Idéntica decisión adoptó el gobierno de Agustín Lanusse en 1972 cuyo primer ministro de economía fue Aldo Ferrer. En el año 2000 durante la desafortunada gestión presidencial de Fernando de la Rúa, el ministro Domingo Cavallo obligó a las AFJP a comprar títulos públicos para evitar el default. Es decir que peronistas, radicales, progresistas de izquierda y militares de derecha, todos metieron su mano codiciosa en las arcas del sistema jubilatorio argentino para financiar gastos corrientes.

    Así comenzó el desfinanciamiento del sistema de reparto, cuya crisis se agravó con el tiempo. Los gobiernos democráticos y de facto comenzaron a repartir jubilaciones de privilegio y pensiones graciables a quienes nunca habían aportado nada. Incluso todavía subsiste un selecto pero secreto núcleo de políticos que gozan del privilegio de percibir jubilaciones en dólares por cifras que oscilan entre u$s 5.000 y u$s 19.000 mensuales.

    La relación entre cotizantes y beneficiarios se desmejoró aceleradamente, pasando de 6 cotizantes a 1,3 x pasivo jubilado, por lo que los fondos ya no alcanzaron para pagar a quienes reclamaban sus derechos. Dentro de este caos financiero, se dictaron leyes inaplicables, como las que disponían el beneficio del 82% a jubilados y del 75% a pensionados. También resultó abstracta la disposición constitucional del art. 14 bis que establecía la movilidad de las jubilaciones y pensiones. El sistema de reparto entró en quiebra a principios de la década del 90, con cuantiosas deudas acumuladas que no podían ser pagadas.

    3. El sistema de capitalización

    La situación comenzó a solucionarse durante la convertibilidad, con el reconocimiento de las deudas previsionales, el pago de los compromisos con fondos obtenidos en las privatizaciones de empresas públicas y la emisión de bonos previsionales.

    Además, como el sistema de reparto era incorregible, se adoptó un sistema de capitalización y se encargó su gestión a diversas administradoras públicas y privadas, llamadas AFJP. Este sistema fue idéntico al adoptado en Chile en noviembre de 1980, por el decreto-ley 3.500 durante la gestión de Hernán Büchi y José Piñera. El sistema de capitalización se basa en distinguir jurídicamente los fondos jubilatorios del patrimonio de las entidades administradoras y en exigir la identificación de los aportes de los trabajadores mediante cuentas individuales de capitalización. Cada uno sabe cuánto ha ahorrado para su vejez y cuánta es la renta que va a recibir con su capital acumulado. En 26 años de funcionamiento, las AFJP chilenas llevan acumulados u$s 92,4 mil millones, tres veces más que nuestras administradoras, pero gozan del derecho a decidir dónde hacer sus inversiones, por lo que han logrado exportar capitales chilenos a los principales países de América Latina, incluyendo Argentina.

    Nuestro sistema de capitalización arrancó con los mismos vicios del sistema de reparto: fue obligatorio para todo el mundo, creó un mercado cautivo de cotizantes, estableció comisiones y seguros de invalidez excesivamente elevados, obligó a la aplicación de fondos en títulos del Estado hasta el 60 % de la cartera y sólo admitió la elección entre compañías que operaban en un mismo y único sistema, prohibiendo establecer otro sistema diferente. Las indudables ventajas frente al quebrado sistema de reparto eran la aparición de cuentas individuales de previsión y la creación de fondos fiduciarios independientes del patrimonio de las administradoras.

    Sin embargo, la caída de la convertibilidad, como consecuencia del excesivo aumento del gasto público y su financiamiento con emisión de deuda, hizo que el Estado se apoderase por la fuerza de los fondos disponibles en las AFJP a cambio de títulos públicos que fueron defaulteados. De esa forma se produjo una verdadera confiscación de los ahorros acumulados por los cotizantes, quienes se ilusionaban con jubilarse mediante la renta de las inversiones realizadas con sus ahorros.

    Así y todo, el sistema de fondos fiduciarios independientes fue lo suficientemente sólido como para que pudiera exhibir un formidable capital con rendimientos de históricos del 13,9 % anual y del 7 % real al cierre del tercer trimestre de 2008, excepto una caída durante octubre donde tuvieron rentabilidad negativa como consecuencia de la abismal caída de los títulos públicos argentinos.

    4. El retorno al sistema del reparto

    La enorme masa de fondos acumulados por las AFJP no hizo más que aumentar la codicia sin límites del gobierno de los Kirchner.

    Primero, pensaron en obligar a las administradoras a invertir esos fondos en proyectos energéticos que no tenían rentabilidad alguna porque estaban vinculados con tarifas congeladas. Eso no fue técnicamente posible.

    Al mismo tiempo, se largaron a repartir jubilaciones sin aportes previos, a cualquiera que quisiese recibir una prebenda electoral. Casi un millón doscientos mil nuevas jubilaciones surgieron de la noche a la mañana y comenzaron a demandar fondos que se aproximan a 2,5 mil millones de pesos anuales.

    Esta situación hizo que fuera necesario adoptar una solución política, planteando la libre opción del retorno al sistema de reparto, con el fin de captar aportes de nuevos cotizantes y, de este modo, disponer del dinero suficiente para cubrir las jubilaciones regaladas pródigamente. Esa decisión de febrero 2007 fue un fracaso político porque 8 de cada 10 afiliados decidieron permanecer en una AFJP.

    Curiosamente, volvió a repetirse la misma situación que, en 1953 permitió la despectiva respuesta del entonces ministro del Interior Ángel Gabriel Borlenghi, en oportunidad de tratarse la iniciativa parlamentaria de jubilaciones para empresarios, profesionales, trabajadores independientes y amas de casa.

    Cuando se le señaló que esas jubilaciones engendraban pasivos actuariales imposibles de ser cancelados en el futuro, con gran desparpajo dijo: “Nosotros establecemos los beneficios sociales… que la cuestión del cálculo actuarial la arreglen los que vengan dentro de 20 años”.

    Tanto ayer como hoy no pueden dejar de relacionarse estos hechos con el recuerdo del famoso libro de Pauwells y Bergier: “El retorno de los brujos”.

    5. El inexplicable tiro de gracia

    Como consecuencia de un inocultable déficit de caja, el gobierno de Cristina Kirchner intentò sancionar un confiscatorio impuesto a las exportaciones agrarias denominado “retenciones” que llegaban al 60 % del valor FOB de los productos granarios. El deliberado propósito expoliatorio de este proyecto, denominado Resolución 125, provocó una verdadera rebelión social y el parlamento no tuvo más remedio que anular tamaño disparate.

    Sin embargo, al persistir el déficit real del presupuesto, distinto del superávit proclamado, el gobierno de la señora Cristina se encontró con la negativa del bolivariano Hugo Chávez quien no pudo financiar más las arcas argentinas como consecuencia de la meteórica caída del precio del petróleo. Tal es la razón por la cual el matrimonio Kirchner, intentó convencer a tres bancos internacionales para que negociaran la reapertura del canje de deuda con los holdouts y el Club de París, pero con la condición de recibir dinero fresco adicional. Finalmente, la crisis financiera mundial y la desconfianza hacia la verdad de las cuentas del gobierno argentino les cerraron todas las puertas. Entonces y en solitario, decidieron la confiscación arbitraria y brutal de todos los fondos acumulados por las AFJP desde 1994 al presente.

    Esta es la razón de la más extraña maniobra financiera ocurrida en los últimos años en el mundo civilizado.

    En febrero de 2007 el anterior gobierno de Néstor Kirchner había intentado convencer al pueblo que debían abandonar el sistema privado de capitalización y pasarse al paradisíaco sistema de reparto que él ofrecía. Después de una intensa campaña pública y del dictado de la ley 26222, denominada de “libertad de elección provisional”, sólo 1.905.808 afiliados decidieron regresar al sistema estatista de reparto y 9.504.770 optaron por ratificar individualmente su deseo de permanecer en el sistema privado de capitalización. Fue una verdadera derrota política.

    Esos 9,5 millones de afiliados habían acumulado desde 1994 una masa de capital e intereses de $ 94.345,1 millones (equivalentes a u$s 30.000 millones) y además el sistema de AFJP recaudaba anualmente la cifra de $ 14.980,2 millones (equivalentes a u$s 5.000 millones). La mayor parte del ahorro nacional de las clases medias estaba concentrado en esos fondos previsionales que no dejaron de tentar a un gobierno que se resiste a gobernar con austeridad y moderación porque su poder político depende de adhesiones obtenidas mediante dádivas, subsidios y repartos de sobreprecios en licitaciones sospechadas por la propia justicia argentina.

    De este modo, el matrimonio presidencial -sin consultas ni acuerdos de ministros- resolvieron dictatorialmente estatizar el sistema jubilatorio argentino y apoderarse de la cuantiosa reserva acumulada en Bancos locales, Caja de Valores y Entidades financieras del exterior.

    Si consiguen su propósito, con el apoyo de legisladores oficialistas y opositores, Argentina habrá involucionado en forma inexplicable y los aportantes del sistema jubilatorio verán amenazado el futuro de sus vidas con el mismo calvario que padecieron otras generaciones tal como lo demuestra nuestra desdichada historia previsional.

    Sólo resta la esperanza de que la racionalidad y la conciencia de responsabilidad de los legisladores impidan esta incalificable confiscación de bienes que, como proclama el Art. 17 de la Constitución Nacional, “ha sido borrada para siempre de las leyes argentinas”

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